Cataluña reivindica su «soberanía tecnológica» con la vuelta a la atmósfera de su primer satélite
Tres años después del lanzamiento, el nanosatélite ha completado su misión «con éxito»
Satélite catalán Enxaneta. | Gencat
El Gobierno de la Generalitat en funciones ha informado esta semana que la misión al espacio de su primer nanosatélite había completado con éxito. Tres años después de que despegará Enxaneta, tal y como fue bautizado el artefacto, ha efectuado en los últimos días su reingreso en la atmósfera terrestre y se ha desintegrado de «manera sostenible» en contactar con las capas altas de la atmósfera. El hito en cuestión ha pasado bastante desapercibido, pese a que durante los años del procés, se le dio una importancia de primera magnitud.
Después de la salida de Junts per Catalunya del Gobierno de coalición con ERC, el Ejecutivo en solitario de Pere Aragonès decidió suprimir la Consejería de Políticas Digitales, de quien dependían estos lanzamientos de nanosatélites. Esta consejería representó, durante los años que estuvo en manos del conseller Jordi Puigneró (Junts), la punta de lanza del proyecto independentista para lograr la denominada «república digital catalana». En el actual contexto, sin embargo, la Consejería de Empleo y Trabajo ha asumido estas competencias y no se le ha dado la relevancia que le otorgaron los posconvergentes.
El consejero en funciones Roger Torrent ha circunscrito el éxito de esta misión al hecho que «ha abierto un universo de oportunidades para el ecosistema tecnológico catalán» y al «impulso» de este nuevo ámbito emergente que es NewSpace. El denominado NewSpace ha abaratado los costes de enviar satélites al espacio al estandarizar sus componentes con estructuras previamente diseñadas. Y se trata de un mercado en eclosión.
«Soberanía tecnológica»
Ha sido el director de i2CAT, Sergi Figuerola Fernàndez, quien ha empleado el término «soberanía tecnológica» al destacar que «como centro de investigación catalán», se enorgullecen «de haber formado parte de esta primera misión y ser parte activa de esta nueva economía del espacio que no sólo da empuje a la soberanía tecnológica del país, sino que ayuda a reducir la brecha digital en el territorio».
A diferencia de los años del procés, el Govern de ERC ha mantenido un tono alejado al del exconsejero Puigneró. En el anuncio de que se había completado la misión han subrayado que ha «permitido validar la viabilidad de la conectividad satelitaria del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) para cubrir carencias de cobertura mediante casos de uso en ámbitos como el agrícola, el ganadero o el climático». Sin ninguna referencia de otra naturaleza que pudiera despertar las suspicacias.
Desde una base rusa
Hace tres años, el Gobierno catalán decidió lanzar su primer nanosatélite al espacio desde la base rusa de Baikonur, en Kazajistán. El lugar elegido no era un cosmódromo cualquiera, sino que fue el que potenció la antigua Unión Soviética en plena carrera espacial con Estados Unidos. Desde ahí partió el astronauta Yuri Gagarin para completar el primer vuelo orbital tripulado y también se lanzó el Sputnik 1.
El entonces vicepresidente del Govern y consejero de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, lo promovió como un proyecto de grandes ambiciones para que Cataluña se convirtiera en una «república digital». La campaña «Cataluña se pone en órbita» fue un primer paso para consolidar el IoT de la mano de la tecnología 5G y crear la Agencia Espacial Catalana.
La Generalitat adjudicó por 500.000 euros a la empresa Sateliot, el lanzamiento de Enxaneta desde la histórica estación rusa. Fue el primer cliente de esta start up de las telecomunicaciones. La inversión pública está sirviendo para proyectos de observación y seguimiento de incidentes meteorológicos o de contaminación atmosférica, así como para mejorar la conectividad gracias al 5G.
