El colectivo trans solicita una paga vitalicia para las víctimas LGTBI del franquismo
Plataforma Trans pide una ‘ley de memoria’ para reparar «la violencia sufrida por los disidentes de género» en la dictadura
Miembros de la Federación Plataforma Trans y otros activistas celebran la aprobación de la 'ley trans' en el Congreso de los Diputados. | Europa Press
La Federación Plataforma Trans impulsa en el Congreso de los Diputados una ley de memoria trans para «reconocer y reparar la violencia sufrida por las personas trans y disidentes de género por la dictadura y el postfranquismo». En el borrador entregado este jueves a los grupos parlamentarios, consultado por THE OBJECTIVE, el colectivo trans solicita una reparación económica para las personas destinatarias de esta norma, que consistiría en una «prestación económica vitalicia de idéntica cuantía de la pensión mínima a la Seguridad Social para pensionistas mayores de 65 años sin cargas familiares».
Dicha prestación sería «compatible con cualquier prestación contributiva que perciba la persona destinataria, así como con cualesquiera ingresos percibidos por actividades laborales, mercantiles o derivados del patrimonio personal o societario». Además, la cuantía se incrementaría en un 50% para aquellas personas que fueran encarceladas con arreglo a la ley de Vagos y Maleantes.
El procedimiento para reconocer el derecho a la indemnización sería tramitado y resuelto por el Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes que dirige Félix Bolaños. El plazo máximo para la resolución del procedimiento sería de 12 meses, «entendiéndose estimada la petición en caso de haber transcurrido el citado plazo sin haberse dictado resolución expresa».
El borrador fue enviado este pasado jueves al PSOE, Sumar, Podemos, ERC, EH Bildu, PNV, Junts per Catalunya y BNG, y se les solicitó que hicieran las aportaciones que considerasen oportunas. Desde la Plataforma Trans aseguran que la propuesta tuvo «una acogida favorable, manifestando los grupos una actitud receptiva».
«Esta iniciativa legislativa nos situará a la vanguardia de Europa», asegura Mar Cambrollé, presidenta de la plataforma, quien admite inspirarse en Latinoamérica: «Es un camino ya emprendido por países como Colombia, Uruguay, México y Argentina, donde se ha declarado crimen de lesa humanidad, la persecución, encarcelamiento y vulneración de derechos fundamentales a las personas trans».
«Esta iniciativa tiene que ver con la democracia y con la asunción de responsabilidad de un Estado que por acción o por inacción no ha saldado esta deuda histórica con las víctimas», abunda Cambrollé, que apela a «todo el espectro de los partidos que defienden el avance en derechos de la población trans y LGTBIQ», entre los que no incluye a PP y Vox, así como a sindicatos y asociaciones memorialistas, a los que ha pedido que hagan aportaciones y que apoyen la ley.
La exposición de motivos
En la exposición de motivos del borrador de la ley de memoria trans se asevera que «en España, la situación vivida por las personas trans, gais y lesbianas que no se ajustaban a los roles normativos impuestos para hombres y mujeres en el franquismo desencadenó persecuciones, encarcelamientos, estigma y negación de derechos fundamentales. La sombra larga del postfranquismo se ha prolongado casi hasta nuestros días para las personas trans y de la disidencia sexual».
Se refiere sobre todo a la ley de vagos y maleantes, así como a la posterior ley sobre peligrosidad y rehabilitación social, que «se tradujo en una cacería y persecución política sobre las personas que por amar o ser de forma distinta a lo que el régimen franquista consideraba correcto, podían cumplir penas de privación de libertad». «No existía ni la presunción de inocencia ni el derecho a juicio», denuncia la Plataforma Trans en el texto presentado ante los grupos parlamentarios.
El colectivo asegura que las personas trans fueron «discriminadas, apartadas y durante mucho tiempo olvidadas, y, por tanto, relegadas al olvido». «Estas condiciones, que tuvieron carácter estructural, les impidieron tener las mismas oportunidades que el resto de la ciudadanía, abocándolas a los márgenes sociales y a la exclusión social, teniendo un gran impacto en su salud física y psíquica. Hoy, en el ocaso de sus vidas, de nuevo les golpea la precariedad extrema derivada de un régimen dictatorial que fue inmisericorde y del olvido de la democracia».
