Alivio en Vox tras confesar Alvise que cobró 100.000 euros en negro: «Está acabado»
El partido de Santiago Abascal se querellará contra el líder de SALF por posibles delitos de difamación y calumnias
«Está acabado». Esa es la lectura que hacen en Bambú 12, sede nacional de Vox, del escándalo que ha sacudido esta semana a Alvise Pérez. El líder de Se Acabó La Fiesta (SALF) reconoció este jueves haber recibido un pago en metálico de 100.000 euros del dueño de Madeira Invest Club, Álvaro Romillo, en concepto de unos «honorarios privados» por los que no ha abonado el correspondiente IVA. Esta revelación, según ha podido saber THE OBJECTIVE, no ha sorprendido a la formación que preside Santiago Abascal, que vaticina que esto es solo «el inicio» de un escándalo mayor que podría terminar con el eurodiputado condenado.
Pérez podría enfrentarse a un presunto delito de financiación ilegal de su partido, pero al margen de que su confesión tenga o no recorrido en los tribunales, es difícil que recupere la credibilidad. El activista que dio el salto a la política contra la casta política y la corrupción ya ha perdido el apoyo de miles de seguidores en Telegram, que le están increpando por sentirse engañados. «Sinvergüenza», «estafador» o «payaso» son algunas de las lindezas que le han dedicado en las últimas horas.
Los dirigentes de Vox aguardaban pacientes a que el personaje «cayera por su propio peso», conscientes de que andaba inmerso en asuntos «turbios». El propio Abascal, que había renegado de él y lo tenía bloqueado en WhatsApp, instaba a sus subalternos a no juntarse con Alvise. Una consigna casi innecesaria, pues la mayoría de miembros del partido le habían dado la espalda hace tiempo. Un diputado de Vox, de hecho, está en procesos judiciales con él.
Querella de Vox
En su huida hacia adelante, el líder de SALF, tras reconocer que había percibido 100.000 euros en negro, intentó inculpar a Abascal, al que interpeló por X para preguntarle si podría negar haber recibido dinero del mismo empresario «cuando entraste en Sentinel el día 16 a las 17.20 horas». Una acusación por la que Vox se querellará contra él por posibles delitos de difamación y calumnias.
En el partido consideran que las palabras empleadas por Alvise y «el uso de las imágenes que ha expuesto sin autorización» tienen como objetivo relacionar a Abascal con «los hechos delictivos por los que él mismo está siendo investigado». Esto es, que el eurodiputado estaría tratando de «lanzar acusaciones al aire» para «tapar su propio escándalo».
El hecho de insinuar que su líder está involucrado en una trama de corrupción ya supone un delito que se contempla en el artículo 205 del Código Penal «que de forma inmediata será objeto de la oportuna querella». Pero también adelantan que en lo sucesivo no hablarán del tema públicamente y que dejarán trabajar a la Justicia para que «podamos tener algo de luz al respecto».
Alivio en Bambú
La desaparición de Alvise Pérez de la política nacional sería una buena noticia para Vox. Las encuestas más recientes apuntaban a que el activista podría haber quitado hasta 400.000 votos en unas futuribles elecciones generales a los de Santiago Abascal. También existía el temor de que exmiembros del partido (como el fundador, Alejo Vidal Quadras) se presentaran con SALF y hurgaran en la herida.
Pero eso se antoja improbable después de las noticias publicadas esta semana, que han supuesto un alivio para Vox, por cuanto SALF había logrado conectar con un nicho joven y antisistema que, de otro modo, podría haber votado a Santiago Abascal. También había conectado con algunos descontentos con Vox por su postura en la guerra de Ucrania o su adhesión inquebrantable a Israel. Por eso en Bambú 12 respirarán tranquilos cuando se acabe la fiesta para Alvise Pérez.