ERC apoya ante el juzgado a una trans acusada de apalear a un mosso y allanar una librería
Una testigo en el juicio explica que los manifestantes amenazaron «con quemar la librería con ellos dentro»
La activista trans acusada de boicotear la presentación de un libro. | Red social X
ERC ha arropado ante los juzgados a una activista trans acusada por la Fiscalía de un delito de resistencia en concurso leve de lesiones y de allanamiento de establecimiento abierto al público. La exconsejera de Igualdad y Feminismos Tània Verge, junto a las diputadas Raquel Sans, Mar Besses y el también exconsejero Juli Fernández, además de miembros de las juventudes del partido, se desplazaron este miércoles a la Ciudad de la Justicia, en Barcelona, para respaldar a Janet Catalan, la activista que boicoteó la presentación de un libro crítico con las teorías transgénero en la Casa del Libro en mayo de 2022.
El 16 de mayo de 2022, tal y como avanzó THE OBJECTIVE, varios miembros de los colectivos ‘Crida LGTBI‘ y ‘Sororitrans‘ trataron de boicotear la presentación del libro Nadie nace en el cuerpo equivocado (Deusto), de los autores José Errasti y Marino Pérez, en la Casa del Libro en La Rambla de Cataluña, en Barcelona. Una unidad de los Mossos d’Esquadra tuvo que trasladarse al establecimiento para proteger a los autores y asistentes y evitar que varios manifestantes irrumpieran en el interior.
Ahora, esta activista afronta dos años de prisión por presuntamente propinar un golpe con un palo de tres metros en el hombro de un agente de la Policía autonómica. Los testigos presentes y que han declarado en el juicio están muy sorprendidos de que ERC pueda defender este tipo de actos violentos que rebasan el legítimo derecho a protesta.
«Nos amenazaron con quemar la librería»
Sílvia Carrasco, presidenta de Feministes de Catalunya y que ha declarado en el juicio, explica a instancias de este periódico que los manifestantes les «amenazaron con quemar la librería con ellos dentro». Algo que también ha declarado en sede judicial. Lamenta, además, que «la prensa no me hizo ninguna pregunta, solo a los de ERC». Carrasco no ha tenido la oportunidad de que los medios catalanes expliquen su versión de los hechos y asegura que en ningún caso tuvieron una conducta pacífica.
Por su parte, ERC, ha circunscrito este proceso judicial en un acto de «persecución y represión injustificada contra el colectivo LGTBI». La exconsejera de Igualdad y Feminismos también se sumó a las muestras de apoyo a la activista y enmarcó los hechos en «el derecho de protesta».
Otras fuentes conocedoras de lo acontecido tampoco comprenden que se puedan defender actuaciones violentas. Más allá de las diferentes visiones del feminismo, y que la obra cuestiona muchos de los postulados del movimiento trans, sostienen que tiene que haber respeto por la pluralidad de opiniones. O, en todo caso, mostrar la discrepancia sin recurrir al boicot o a la amenaza.
La activista se enfrenta a una pena de cárcel de dos años y a una multa de 1.050 euros. Su abogada, Marta Bolinches, afirmó que «este procedimiento representa un ejemplo más de la violencia institucional que sufre el colectivo trans» y defendió que Catalan no cometió los hechos de los que la acusa la Fiscalía.
Mossos protegieron el acto
Esa tarde de mayo, los Mossos intervinieron para impedir la entrada de algunos de los manifestantes al local. El director editorial de Deusto, Roger Domingo, denunció lo ocurrido en sus redes sociales: «Veamos: si asistís a la presentación de un libro con ánimo de debatir, sois bienvenidos. Es lo que hacemos en democracia: debatir y enfrentar ideas. Si venís para impedir que se celebre el acto y además os comportáis violentamente, no sois bienvenidos. Bienvenidos al siglo XXI».
La obra en cuestión, escrita por los psicólogos José Errasti y Marino Pérez, defiende la existencia del sexo biológico y advierte de los peligros del transactivismo. Para los autores, el activismo social, heredero de los estudios poscoloniales y de la mujer, ha encontrado en lo queer una falsa bandera de progresismo. Y no sólo eso, sino que ha logrado que cada matización o cada análisis negativo del fenómeno, especialmente de la terapia afirmativa bio-médica para transicionar de género, se lea como un ataque a las personas con disforia de género.
Es lo que llaman la ‘inqueersicion’, cuyo radio de acción principal son las redes sociales. Este aspecto de tendencia ha hecho que no existan apenas voces discordantes en política y, especialmente, en el mundo académico, vendido al «infantilismo» de las teorías de género. En cambio, opinan estos autores, la terapia afirmativa no sólo no es progresista, sino profundamente «reaccionaria»: niega el sexo biológico pero paradójicamente fomenta el cambio de sexo y se dice de izquierdas, pero confluye a la perfección con los intereses neoliberales.
Con todo, no es la primera vez que bajo la etiqueta «tránsfobo» se intenta impedir la presentación de obras, ya sea libros o películas, que tienen una visión crítica de los postulados del movimiento trans.
