Un nuevo libro sugiere que Puigdemont pactó con Sánchez su última huida de Barcelona
Una de las tesis de los autores es que la segunda fuga reforzó el «menguante poder territorial de Pedro Sánchez»
Carles Puigdemont en su regreso a Barcelona. | Europa Press
Hay muchas incógnitas sobre los episodios centrales de la biografía política de Carles Puigdemont. Una de ellas tiene que ver con su segunda fuga de España, el pasado 8 de agosto, cuando el expresident apareció en Barcelona el día de la investidura de Salvador Illa. El nuevo libro Puigdemont. El integrista que pudo romper España, publicado por la editorial La Esfera de los Libros, sugiere que ese día pudo haberse producido una «huida pactada», es decir, una salida planeada, organizada y permitida por las autoridades, que consintieron al dirigente fugado cruzar la frontera con Francia, instalarse en la ciudad condal y salir indemne de cualquier operación policial.
El libro, escrito por los periodistas Iñaki Ellakuría y Pablo Planas, da cuenta de que, pese a ser una vuelta anunciada por el propio Puigdemont, queda por aclarar por qué los Mossos d’Esquadra y el CNI no intervinieron de inmediato, dejando a Puigdemont circular libremente por la ciudad hasta que se fue. Esa inacción «pone en evidencia al Estado de derecho y a sus fuerzas policiales», argumentan los autores. Su posterior fuga, añaden, tuvo «dos consecuencias inmediatas». Por un lado, «Puigdemont cumple su promesa electoral con el independentismo de que iba a estar presente en la capital catalana el día de la investidura» y, por el otro, refuerza el «menguante poder territorial de Pedro Sánchez».
Varias veces se ha querido dar por terminada la carrera política de Puigdemont, pero sigue manteniendo el control sobre su partido después de siete años huido de la justicia española. Si bien no pudo imponerse a Illa en las elecciones catalanas del 12 de mayo, recientemente ha sido designado presidente de Junts per Catalunya y le consideran su mayor activo político.
«Complicidad» con Puigdemont
Con su candidatura, lograron ser segunda fuerza el 12-M pero sin la posibilidad de conformar una mayoría parlamentaria con el resto de fuerzas independentistas. En este contexto de derrota independentista también se enmarca su estrategia de regresar a Barcelona: «A diferencia de lo que se preveía, evita la cárcel y su final político. Esto le permite mantener vivo por un tiempo el relato épico del ‘presidente legítimo’ y en lucha contra la ‘represión española’ a Cataluña», señala el libro.
«Por otro lado, el visto y no visto de Puigdemont permite al PSC investir como president a Illa -recuperando la Generalitat después de catorce años-y, a la vez, reforzar el menguante poder territorial de Pedro Sánchez. Así, mientras el Gobierno guarda un elocuente silencio sobre el fugado, Illa, en su primer discurso, se muestra empático hasta la complicidad, cargando contra el Supremo» por no haber facilitado la amnistía al líder de Junts.
Ni «loco» ni «kamikaze»
Otra de las tesis de Puigdemont. El integrista que pudo romper España es que el líder nacionalista «no tiene vocación de kamikaze», por mucho que se insista en «retratarlo como un iluminado y un loco». «Puigdemont es plenamente consciente de que después del fracaso del 12-M ya no atesora la fuerza necesaria para evitar que, más pronto que tarde, la investidura del líder del PSC se haga realidad. Así que opta por permitir el destino de Illa -en el pleno, Junts solo hace un tímido intento de pedir la suspensión- y no romper del todo los puentes de diálogo con los socialistas tanto en Barcelona como, sobre todo, en Madrid».
Los autores califican de «cambio de ciclo lampedusiano» la nueva coyuntura política en Cataluña. Por un lado, se percatan de que Puigdemont ya no tiene «la capacidad para agitar las calles», pero también creen que, con la presidencia de Illa, se vuelve a los «orígenes del desafío al modelo constitucional» y se asume el «lenguaje y el proyecto nacionalista».
