El Ejército compra bicicletas de carretera para que los militares entrenen antes de ir de misión
Tierra mima a la base de Bétera (Valencia), donde hace un año se adquirieron seis de montaña para un proyecto piloto
El Ejército de Tierra sigue mimando al Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad de Bétera (Valencia) con la adquisición de bicicletas. A las seis de montaña compradas hace un año en un novedoso proyecto piloto, se añaden ahora otras dos de carretera para que miembros de la Policía Militar de la base ‘Jaime I’ mejoren su condición física antes de ser enviados a misiones en el extranjero.
El pasado 22 de octubre se adjudicó a la empresa Hummi Sports la compra de los dos mencionados velocípedos por un montante de 5.880 euros (IVA incluido). El contrató se licitó inicialmente en 7.500 euros, hubo tres ofertas y finalmente se eligió la opción más económica -leer abajo-. Hummi Sports es la misma compañía que se hizo con el contrato de las bicis de montaña de hace un año.
Tierra justifica la última compra porque el militar, y específicamente el encuadrado dentro de la Policía Militar (PM), «para poder adquirir el apto en los reconocimientos médicos anuales, debe de mantener su Índice de Masa Corporal (IMC) dentro de unas cifras determinadas».
A cada miembro del PM se le requiere una certificación física para poder ir a un despliegue en zona de operaciones. Para ello debe acreditar «un nivel físico y fisiológico adecuado». En la memoria justificativa se indica que «las principales tendencias para mejorar el IMC dentro de los sistemas de entrenamiento de la condición física aconsejan la utilización y entrenamiento del ciclismo».
En concreto, los beneficios asociados al ciclismo son «aumento de la resistencia y de la masa muscular, mejora del ritmo basal que ayuda a alcanzar el déficit calórico para la pérdida de peso, aumento del consumo máximo de oxígeno, disminución de la tensión arterial y mejora de la densidad ósea ,fundamentales para alcanzar el objetivo deseado del IMC». Además, al ser un ejercicio de «mínimo impacto» para el que lo practica, «ayuda a mejorar las cualidades físicas de aquellos que están lesionados o presentan molestias que impiden el ejercicio físico normal, basado fundamentalmente en la carrera a pie», se subraya en la licitación.
Dentro de las Fuerzas Armadas hay numerosas compras de bicis estáticas para los centros de entrenamiento físico. Por ejemplo, el Ejército del Aire ha incluido alguna en un contrato en noviembre para el suministro de nuevas máquinas y equipamiento dentro de su gimnasio en el Cuartel General, ubicado en el madrileño barrio de Moncloa, por un total de 26.222,81 euros. Pero la novedad en Tierra son las adquisiciones de bicicletas de montaña o de carretera para uso militar. Y que todas ellas acaben en el acuartelamiento ‘Jaime I’ y no en otras bases de la geografía española.
Moverse «en silencio» entre unidades
Hace un año, Tierra se hizo con seis bicis de montaña por 18.720 euros (IVA incluido) para que efectivos de Bétera pudieran moverse «rápida, discretamente y en silencio» entre unidades de apoyo al combate «con una huella logística casi nula». Es decir, para que no fueran geolocalizados por GPS o dispositivos electrónicos, dificultando de esta forma el espionaje satelital o con drones.
El Ejército incidió en aquel pliego de prescripciones técnicas que las principales tendencias globales en el horizonte del año 2035 están «condicionando el entorno operativo futuro» y que los estudios de la división de planes de su Estado Mayor «aventuran una potenciación de Puestos de Mando (PC) modulares y móviles». Este hecho supone un «cambio de paradigma» para las unidades de Policía Militar, que tendrán que proporcionar «la seguridad inmediata y el control de accesos a cada una de las células modulares en que se dividen los PC».
El citado batallón de la Policía Militar ofrece apoyo al cuerpo de acción rápida de España dentro de la OTAN, dependiente del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad situado en Bétera. De ahí que esta unidad esté poniendo en práctica esta división en «células móviles», lo que obliga a tener «mayor movilidad» en áreas de «mayor extensión», se justificó desde el departamento que dirige el teniente general Amador Enseñat.