Urtasun desmiente a Albares: Exteriores supo cinco días antes que el ministro no iría a París
La embajada española en Francia ocultó al titular de Cultura que también había una invitación de Macron a los Reyes
Los ministros José Manuel Albares (i) y Ernest Urtasun (d). | Ilustración: Alejandra Svriz
Otro serio revés para el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Sus duras acusaciones de hace una semana por boca de fuentes gubernamentales contra la Casa Real y Cultura por no comunicar a su departamento la ausencia de los Reyes y Ernest Urtasun en Notre Dame son desmentidas por las instituciones afectadas. Primero fue el Palacio de La Zarzuela el que desmontó el argumentario monclovita al revelar que las invitaciones oficiales pasaron por la embajada española en París, y ahora es su propio compañero de Gabinete el que subraya que comunicó su ausencia a Exteriores cinco días antes del acto en la catedral.
Urtasun recibió la invitación de su homóloga francesa, Rachida Dati, por dos vías, según desvelan fuentes diplomáticas a THE OBJECTIVE. Primero a través de la embajada española en París, que transmitió el telegrama a escasos nueve días del evento internacional, y luego también por el canal de la propia embajada francesa en Madrid. El ministro de Cultura se encontraba de viaje oficial en México cuando le llegó la invitación. En un primer momento, pidió saber el programa de las autoridades galas y tener una estimación del tiempo que debería pasar en París.
Desde la embajada española se le remitió el sábado 31 de noviembre dicho programa, que exigía estar en la capital gala en torno al mediodía del día 7. El acto se prolongaría hasta la noche y se solapaba con el acto ya comprometido a las 18.30 horas, asistir a la función ‘Circlassica’ del Circo Mundial en el recinto ferial madrileño de IFEMA. En todo caso, Cultura y la embajada española se dieron 48 horas para tomar una decisión.
Una omisión «importante», a juicio de las citadas fuentes, es que la embajada española en París no informó a Urtasun de que también había una invitación de Emmanuel Macron a los Reyes. Por tanto, el titular de Cultura no sabía que había otra gestión en paralelo con el Palacio de la Zarzuela y que Felipe VI y doña Letizia habían descartado el desplazamiento a Notre Dame por cuestiones de agenda.
El lunes 2 de diciembre, a cinco días del acontecimiento en la catedral parisina, la embajada española no se puso en contacto con Cultura durante toda la jornada. Fue ya por la tarde cuando el gabinete de Urtasun tomó la iniciativa y transmitió al consejero cultural en París, Ignacio Díaz de la Guardia, que el ministro no estaría en la reapertura de Notre Dame. En aquel momento, aún no se sabía que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, viajaría a la capital gala. Un hecho que dio una relevancia internacional a un acto que hasta entonces no tenía.
En el equipo de Urtasun no entienden los reproches que las fuentes gubernamentales trasladaron hace una semana en nombre de Albares. Antes de las controvertidas declaraciones, el jefe de la diplomacia indicó lo siguiente en una reunión de la OCDE: «Este es un tema que ni es ni ha sido del Ministerio de Asuntos Exteriores y, por lo tanto, no tengo ningún tipo de información y no les puedo decir nada más», dijo a los medios.
Es más, desde Exteriores se insistió en que no era una invitación al Gobierno, sino a unas personas concretas, y que no se recibió ninguna consulta «sobre estas invitaciones ni sobre su denegación», por lo que si no iban los Reyes o el ministro de Cultura, «no podía ir nadie en su lugar».
Sin embargo, desde Cultura se refuta completamente dicha tesis, pues Urtasun se limitó a excusar su ausencia a la embajada española en París, por lo que se rechaza toda culpa en que no hubiera representación española en la misa solemne de Notre Dame, ya que la política exterior y la presencia en cumbres o reuniones internacionales no depende de Cultura, sino de Exteriores.
La legación española en París la dirige en la actualidad Victorio Redondo, un diplomático de la máxima confianza de Albares, ya que trabajó a su lado en Moncloa cuando le tocó dirigir el área de internacional en Presidencia del Gobierno entre 2018 y 2020. El jefe de la diplomacia tiene especial atención y predilección por esta legación, ya que fue embajador en París antes de ser nombrado ministro, por lo que las citadas fuentes descartaron de plano la pasada semana que Redondo no informase a Exteriores de todo lo concerniente a la reapertura de Notre Dame.
«O Albares miente o le ha fallado alguien»
Además, el acto internacional en la catedral parisina cobró inusitada importancia cuando Trump anunció su presencia en el templo católico unos días antes de la reinauguración, por lo que con toda seguridad la Embajada española tuvo que informar de ello a Madrid por si se producía un cambio de planes. Tanto La Zarzuela como Cultura habían rechazado la invitación de Macron y Dati, y decidieron mantener la negativa, por lo que el viaje de los Reyes o de Urtasun nunca estuvo en la agenda oficial.
«O Albares miente o le ha fallado alguien de su equipo», sugirió como hipótesis un embajador acreditado en una capital aliada, que solo se explica que el ministro estuviera in albis si alguien de su Gabinete no le dio importancia al evento y evitó despachar este asunto con él. Aún más grave sería que Redondo no hubiese informado al ministerio de los telegramas de ida y vuelta, con las invitaciones de Macron y Dati por un lado, y las negativas de los Reyes y Urtasun a ir a París por el otro. De ser así, el jefe de la diplomacia debería destituirle de manera fulminante «por falta de confianza», señaló un compañero suyo de la carrera diplomática.
Por ello, en los pasillos de Exteriores se apuesta más por la primera opción como hipótesis. Es decir, que Albares optase por abrir un frente contra la Casa Real y Urtasun, diciendo que no sabía nada de este evento por culpa de ellos, para así intentar tapar un error «monumental» como fue el hecho de que España no estuviera representada en Notre Dame.
