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Política

Albares culmina los relevos en el Magreb con la elección de un nuevo embajador en Túnez

El ministro se decanta para este puesto por el jefe de misión en Sudán, que lleva dos años en Egipto por la guerra civil

Albares culmina los relevos en el Magreb con la elección de un nuevo embajador en Túnez

El embajador Isidro González tras la evacuación de españoles de Sudán en abril de 2023. | Flickr M. Defensa

El Gobierno español ha solicitado a las autoridades tunecinas el plácet o visto bueno para un nuevo embajador: Isidro González, actual jefe de misión en Sudán desde marzo de 2022, aunque reside en El Cairo (Egipto) desde abril de 2023 debido a la guerra civil que asola este país africano, según desvelan fuentes diplomáticas a THE OBJECTIVE. Con ello, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, culmina los cambios en las embajadas de los tres principales países del Magreb —Marruecos, Argelia y la citada Túnez— en menos de dos años.

González sustituirá en Túnez a Francisco Javier Puig, nombrado para dicho puesto en octubre de 2022, por lo que acaba de cumplir tres años en el país magrebí. Para el primero, dicho relevo supondrá la segunda embajada tras más de 25 años en la carrera diplomática. Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas, González estuvo destinado antes de Sudán en Chipre, Marruecos y el consulado español de Jerusalén, que ejerce de embajada oficiosa ante la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Conoce la zona del Magreb al dedillo porque antes de que Albares le ofreciese la plaza de Jartum había sido, hasta finales de 2021, el secretario general adjunto de la Unión por el Mediterráneo (UpM), único órgano regional en el que Israel comparte mesa con sus vecinos árabes.

En abril de 2023, tras el estallido de los combates entre el ejército regular sudanés y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF por sus siglas en inglés), tuvo que dirigir una evacuación de los ciudadanos españoles. Logró coordinar sin incidentes la salida del país africano de 34 españoles y 11 ciudadanos de otras nacionalidades

Albares inició los cambios de embajador en el norte de África en enero del pasado año, al sorprender con la elección de Enrique Ojeda para Marruecos en sustitución de Ricardo Díez-Hochleitner, que llevaba ocho años y medio en Rabat, ya que había otros candidatos mejor posicionados en las quinielas como María Lledó, Ricardo Martínez o Ángel Ucelay. Ojeda nunca había estado destinado en la región del Magreb, aunque fue secretario general de Acción Exterior de la Junta de Andalucía entre 2008 y 2009, donde tuvo mucho trato con Marruecos. También fue director general de Cooperación Autonómica en el Ministerio de Política Territorial desde 2009 a 2011, así que se le consideraba un diplomático próximo al PSOE.

El relevo en Túnez se produce un mes después de que el Gobierno diese el mismo paso con las autoridades argelinas para que autoricen el plácet de Ramiro Fernández Bachiller como nuevo jefe de legación en sustitución de Fernando Morán ​Calvo-Sotelo, hijo del exministro socialista en tiempos de Felipe González, y que el próximo 12 de diciembre cumplirá 70 años, la edad de jubilación para los diplomáticos, tal y como desveló THE OBJECTIVE.

Fernández Bachiller es un veterano diplomático que dirige la embajada española en Polonia desde mediados de 2022. Nacido en Madrid el 26 de abril de 1962, su próximo destino en Argel será previsiblemente el penúltimo en su trayectoria como diplomático. Licenciado en Derecho con especialidad en Derecho Público por la Universidad de Sevilla, ingresó en la carrera diplomática en febrero de 1989. Ha sido también embajador de España en Rumanía y Gabón, por lo que el país magrebí será su cuarto nombramiento en el exterior que aparezca en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

En los servicios centrales del Ministerio de Exteriores ha desempeñado, entre otras, las funciones de embajador en misión especial para la Presidencia española del Consejo de la UE de 2010, en el último Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Ya con Mariano Rajoy, fue director de la unidad de Emergencia Consular entre 2013 y 2014. Desde octubre de 2018 hasta mediados de 2022 fue el jefe de la Inspección General de Servicios en Exteriores.

Argelia vive semanas de inestabilidad interna tras la polémica fuga del ex jefe de la contrainteligencia argelina (DCSI) el general Abdelkader Haddad, quien, presuntamente, habría huido a España en una lancha rápida como las que se utilizan para la inmigración ilegal. Todo ello tras abandonar, con la ayuda de militares afines, el arresto domiciliario en el que se encontraba. La DCSI se encarga de la inteligencia interna argelina y es la rama más importante de los servicios secretos del país.

Haddad, conocido con el alias de Nasser Djenn, fue ascendido al rango de general hace cuatro años después de regresar de España, a donde había huido previamente en 2018 tras las purgas llevadas a cabo por el general asesinado Gaid Salah. Inicialmente, fue destinado al centro de tortura conocido como Centro Antar, en el corazón del exclusivo barrio de la capital, y en junio de 2024, fue nombrado jefe de la DCSI. Sin embargo, fuentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) precisan a THE OBJECTIVE que no existe constancia de la presencia de Haddad en territorio español.

El relevo de Morán Calvo-Sotelo se producirá, por tanto, en un momento especialmente delicado para Argelia, con el presidente, Abdelmayid Tebune, enfrentado al poderoso jefe del Estado Mayor argelino, Said Chengriha, que ordenó «el cierre de todos los puntos de cruce entre Argelia y Túnez debido a situaciones internas derivadas de la desaparición del general Haddad», según la oposición argelina. El motivo de la destitución del exjefe del DCSI en mayo no es conocido y se apunta a que el régimen quería «detenerlo o eliminarlo» porque estaba a punto de organizar «una operación de asesinato» contra el citado Chengriha.

Las relaciones comerciales, sin recuperarse

Las relaciones comerciales entre España y Argelia se normalizaron el año pasado, tras 28 meses de crisis diplomática y 3.200 millones de euros de pérdidas para las empresas. El final del veto argelino a las empresas españolas supuso un nefasto balance para estas últimas: las exportaciones a Argel pasaron de 1.900 millones en 2021 a 330 en el año 2023.

En total, las empresas dejaron de exportar productos por un valor equivalente a 3.200 millones de euros, es decir, la diferencia entre el último año de normalidad económica (en 2021) y los saldos comerciales de años posteriores y de los primeros ocho meses de 2024. Es así como en 2021 se exportaron productos a Argelia por 1.888 millones de euros, cifra que se hundió en 2022 —con seis meses de bloqueo— hasta los 1.017 millones, y a los 332 millones en 2023, el dato más bajo de la serie histórica. Pese al nuevo clima, no se ha recuperado entre ambos países el ritmo de intercambios comerciales previo al giro de Pedro Sánchez a la hora de reconocer la autonomía marroquí del Sáhara, dejando a un lado la histórica neutralidad española en el conflicto.

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