Robles ordenó «celeridad» para localizar el expediente militar del abuelo del líder del PNV

Como si se tratara de una cuestión de Estado, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ordenó «celeridad» a su gabinete para encontrar a toda prisa el expediente militar de Constantino Esteban Masa, el abuelo paterno del líder del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Aitor Esteban. Un delicado encargo comunicado a finales de febrero, saltándose los cauces habituales, que culminó unos días después con la fulminante destitución de la subdirectora general de Publicaciones y Patrimonio Cultural en Defensa, Margarita García, según desveló THE OBJECTIVE.

Este diario ha tenido acceso ahora a la secuencia de oficios que se envió desde el área de García a Patrimonio Histórico Cultural del Instituto de Historia y Cultura Militar (IHCM) para que localizasen el expediente en los archivos militares. Todo empezó con un mensaje de móvil enviado por el jefe del Gabinete técnico de Robles, el almirante Antonino Cordero, a la citada subdirectora general con el encargo de encontrar la hoja de servicio del pariente de Aitor Esteban en los archivos castrenses. 

Para ello, el almirante adjuntó el mensaje que el entonces portavoz del PNV en la Cámara Baja había enviado a la ministra de Defensa y que decía así: «Paso a explicarte lo que quiero buscar en los archivos militares. Debería ser en teoría ‘relativamente’ sencillo. Quiero encontrar datos sobre mi abuelo, Constantino Esteban Masa, quien estuvo destinado en Larache durante la guerra de Marruecos. Nació en 1903 así que asumo que estuvo en el periodo 1923-26. Según me decía pasó allí tres años. Al parecer en Intendencia pero no estoy seguro», resumió el dirigente jeltzale, quien estaba a punto de renunciar al acta de diputado en Madrid para asumir la presidencia de la formación nacionalista en sustitución de Andoni Ortuzar.

Esteban adjuntó dos fotografías de su abuelo «que podrían ayudar a identificar la unidad». En una de ellas, en la que dibujó un círculo en rojo para ayudar en la búsqueda, «se puede apreciar un emblema en la solapa distinto al de sus compañeros (se aprecia unas letras FC y un 7 junto a una figura)», mientras que en la otra «se le ve en pie con uniforme» junto a otro militar de su unidad, explicó el dirigente nacionalista.

El 24 de febrero, Encarnación Pilar Domínguez, jefa del área de Patrimonio de la Secretaría General Técnica en la que estaba Margarita García, envió un primer oficio al subdirector de Patrimonio Histórico Cultural del IHCM con la «petición de copia del expediente militar de C.E.M». Unas iniciales con las que se refería al abuelo del líder del PNV. En dicho documento no se hizo ninguna alusión a que el beneficiario final de las gestiones iba a ser Aitor Esteban. Además, la información fue muy escueta.

«Se solicita copia del expediente militar así como de cualquier otra documentación que pueda existir en los archivos de su dependencia orgánica referente a Don Constantino Esteban Masa. En caso de que no se localice la documentación requerida, se ruega informe a esta subdirección general del resultado de la búsqueda. Se adjunta los datos e información biográfica facilitados por el interesado: Nació en 1903. Fue destinado a Larache durante la Guerra de Marruecos. Se calcula que estuvo durante el período 1923-26 (según la información familiar pasó allí tres años)», se indicó entonces —leer abajo—.

La ministra mete prisa

Dos días después, el 26 de febrero, se remitió un segundo oficio por el mismo conducto y destinatario, en el que se completó la información. Eso sí, con un llamativo mensaje de apremio y el apellido Esteban ya apareciendo en el asunto del correo: «La petición procede del gabinete de la ministra por lo que se ruega celeridad. Se adjuntan fotografías por si la uniformidad puede ayudar a la localización del expediente. La persona interesada aporta también la siguiente información», se puso en dicho escrito junto con un fragmento del mensaje que Aitor Esteban había hecho llegar a Defensa.

Asimismo, desde Publicaciones y Patrimonio Cultural se reveló al IHCM que el Archivo General e Histórico de Defensa (AGHD) había realizado sus propias «averiguaciones» para llegar a la conclusión de que la persona que se buscaba «podría llamarse Constantino Esteban de Mesa», es decir con un segundo apellido distinto, «y ser tropa o suboficial del Arma de Ingenieros». Gracias a ello, se había redactado una nota informativa «sobre la petición de la ministra de Defensa referente a Constantino Esteban Mesa» desde la subdirección general que dirigía Margarita García y que se remitió al IHCM.

En el primer punto, por si no había quedado claro, se hizo hincapié en que se había recibido «por parte de la Sra. Ministra una petición» en la que se incluía el mensaje de texto de Aitor Esteban y las dos fotos de su abuelo con sus compañeros en el Ejército hace un siglo. Claramente, se precisaba que la orden venía de la mismísima Robles. El AGHD apuntó que la uniformidad del abuelo del líder del PNV en la milicia correspondía «al arma de Ingenieros, parece que suboficial o tropa (no oficial)» y que si su destino fue la localidad de Larache, en el Protectorado español, «posiblemente pertenece al Regimiento de Ingenieros número 7», justo el número que llevaba bordado en el capote del uniforme, «formando parte de la compañía de Ferrocarriles del citado regimiento».

Además, este archivo, cuya sede se encuentra en el Paseo de Moret (Madrid), sugirió dos posibles localizaciones en las que podría estar la hoja de servicio del familiar de Aitor Esteban que tanto interesaba a este último: «Es posible que su expediente esté en el Archivo General Militar de Guadalajara o en el Archivo Intermedio Militar de Ceuta por sus expedientes como soldado/oficial y expediente de unidad, respectivamente. Aportando para ello fecha de nacimiento, unidad, etc..».

La inusual petición del líder del PNV, uno de los socios de investidura del Gobierno de Pedro Sánchez, provocó el 28 de febrero el cese de Margarita García, quien presentó en junio un recurso contencioso-administrativo contra sus superiores por apartarla del cargo que desempeñaba en Defensa desde hacía 14 años —empezó con Carme Chacón— y asignarla a un puesto burocrático en la Armada.

El conducto más lógico hubiera sido que García trasladase la petición al entonces director del IHCM, el general de división Antonio Ruiz Benítez, pero ambos estaban enemistados y no se hablaban entre sí. De ahí que la primera recurriese a una subordinada de su área para trasladar la petición de Robles. A partir de ahí, el texto enviado fue pasando de mano en mano entre varios oficiales con la referencia del mensaje original. Este procedimiento, en el que se incluyeron los llamados antecedentes, es bastante habitual en las comunicaciones oficiales de Defensa, si bien el gabinete de Robles quería hacer la gestión de forma discreta porque la petición era un tanto sui generis.

Sin ese mensaje inicial desde la cúpula del Ministerio, la solicitud que llegó a manos de la subdirectora general se habría desestimado de manera inmediata, ya que para tener acceso a datos de una persona en los archivos militares hay que tener un interés legítimo. Es decir, la petición debía de haber partido de un familiar directo, pero posiblemente el presidente peneuvista quiso agilizar los trámites y temió que por esa vía se fuese a conocer su interés por el pasado militar en el Ejército de un pariente tan cercano como su abuelo paterno. De ahí que recurriese al favor personal, a través de Robles, cuando le quedaban solo unas semanas para dejar Madrid como portavoz jeltzale en el Congreso de los Diputados.

La búsqueda de un documento de estas características no se encuentra de un día para otro, ya que la inmensa mayoría de las hojas de servicio de los militares que lucharon en África o en la Guerra Civil no están digitalizadas. Como mínimo, se tardan varias semanas en localizar un legajo por el conducto reglamentario, aunque Esteban recibió finalmente en marzo la información que se incluía en el expediente militar de su pariente y su paso africano por el Regimiento de Ferrocarriles.

El problema para la subdirectora general es que el gabinete de Robles reclamó los oficios que había mandado su subordinada y se enfadó al ver que la ministra aparecía mencionada varias veces… cuando había deseado que la gestión fuese discreta. La titular de Defensa entendió que García se había excedido en sus funciones y decidió su relevo fulminante a pocos meses para jubilarse. La guinda de este «desaguisado», en palabras de un militar que estuvo al tanto de este caso, es que no se procedió a la destitución formal de García en el BOE: la alto cargo fue enviada a un puesto burocrático en la Armada y se tuvo que despedir de sus colaboradores y conocidos en el ministerio en un correo enviado a numerosos altos cargos sin que su cese fuese firme. Un limbo en el que continúa a día de hoy.