The Objective
Política

El asesor de Vox que ha denunciado a Revuelta: «Estoy seguro de que las cuentas están bien»

El joven del partido de Santiago Abascal que ha denunciado irregularidades aseguró en privado no creer que existan

Arturo Villa, el asesor de Vox en el Parlamento Europeo que ha denunciado a dos miembros de Revuelta ante la Fiscalía por supuestas irregularidades en las cuentas, ha confesado a uno de los denunciados, Jaime Hernández, presidente de la entidad juvenil, que él no cree que haya habido un desvío de fondos, como se rumoreaba en Vox, pero que debía desvincularse para salvaguardar su posición en el partido. Así se extrae de un audio al que ha tenido acceso en exclusiva THE OBJECTIVE, en el que la mano derecha de Jorge Buxadé declara que Montserrat Lluis, secretaria general adjunta, le ha encargado la misión de facilitar las cuentas de Revuelta a Vox.

La conversación ocurre el 21 de septiembre de 2025 en un marco concreto: el partido quiere hacerse con el control de la asociación juvenil alegando su sospecha de irregularidades en las cuentas. Los jóvenes plantean una auditoría externa para disipar las dudas. En este contexto, Hernández llama a Villa: «Entiende que parece que soy el culpable de algo, o que he hecho algo malo. Desde que estoy en el partido he intentado ayudar a todo el mundo, y que gente buena pudiera aportar al partido, y que ahora toda esa estructura ponga a la gente en mi contra y a mis mejores amigos les diga que he robado y que se pueda creer que he robado es durísimo. No he hecho nada en contra del partido. A alguien le caigo mal y ha decidido joderme».

Ante esta exposición de los hechos, el asesor europeo de Vox dice entender la postura del presidente de Revuelta: «Yo eso lo entiendo, y creo que si se tiene que discutir tiene que ser por el control político, pero que no haya nada personal ni judicial ni legal que pueda sembrar dudas. Cuando tengamos las facturas y todo… lo malo es que está acelerando para que sea el jueves. Quitando eso… Yo si estoy aquí es porque, quiero que eso quede claro, confío y estoy seguro de que están bien, pero esto me está quemando».

«Si no puedo participar en Revuelta porque es un conflicto con mi partido, pues os apoyo desde fuera, pero seguir dentro contra el partido no lo puedo hacer», admite Villa, a lo que su amigo replica: «Eso es lo triste, que no podamos hacerlo. Que hayan forzado este punto y os estén animando a extorsionar». Ante esta acusación, la de «extorsionar», el trabajador de Vox responde lo siguiente: «Si eso es útil a que no se pierda Revuelta, que no deje de existir Revuelta y que dejen de extorsionarnos, aunque a mí de momento no me han extorsionado, bienvenido sea».

Jaime Hernández: A ti te han pedido algo que sabes que no está bien: que me pidas las cuentas para dárselas a Montse[rrat Lluis].

Arturo Villa: Ya, sembrándome la duda. Yo no tengo ninguna duda, pero les digo: ‘Si queréis quedaros tranquilos, toma, un papelito’. Me han dicho que les entregue la seguridad de que no hay problemas que pueden afectar la imagen de Vox, como empleado de vox

JH: Buen matiz

AV: Es un tono falso o para sacarme algo, pero su llamada [la de Montserrat Lluis] era el tono de ‘estoy preocupada por ti y por Vox’.

JH: Súper preocupada, que no sabe ni cómo te llamabas antes seguramente. 

AV: Claro, no tengo duda.

Esta revelación se suma a la hecha esta misma semana por THE OBJECTIVE: una conversación entre Javier Esteban, exjefe de redes de Vox que acaba de dimitir tras ser denunciado por una supuesta agresión sexual, y Pablo González Gasca, el líder de Revuelta expedientado por el partido, en la que el primero confiesa al denunciado, reacio a ceder la asociación juvenil a Vox, que los dirigentes «lo único que querían, de verdad, era Revuelta», y que se han «extralimitado» en su presión al joven revoltoso hasta el punto de haber cometido un «chantaje»: «La han cagado; se han pasado tres pueblos»

Dos días después de esta conversación, tal y como ha publicado El Mundo este lunes, Pablo González Gasca se reúne en la fundación Disenso con Montserrat Lluis. Esta insta al trabajador de Bambú —sede central de Vox— a «empezar a funcionar de una manera que sea todo más profesional y limpia», pero dice que el partido se conformaría con una auditoría. Con esta promesa sobre la mesa, Jaime Hernández contrata el 22 de octubre una auditoría externa, pero poco más tarde eso deja de ser suficiente. Jorge Buxadé exige acceso a las cuentas, sin acuerdo de confidencialidad mediante, y liquidar la asociación.

Un mes y medio después de la conversación, el 30 de noviembre, tras intentar convencer en balde a Pablo González Gasca para firmar la disolución de Revuelta, a instancias de Vox, Javier Esteban y Arturo Villa denuncian a sus excompañeros ante la Fiscalía. A posterioriVox también denuncia a sus ex juventudes oficiosas ante la Autoridad Independiente de Protección del Informante y acusa a Hernández de haberse quedado con «cientos de miles de euros por parte de terceros de cuantiosas ayudas para las víctimas o afectados de la dana» a través de Asoma. Los jóvenes sostienen que la ruptura no tiene nada que ver con supuestas corruptelas, y que eso se demostrará con la auditoría independiente que el partido rechazó y que verá la luz a finales de mes.




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