El Gobierno deniega al Senado las cuentas de la fundación vinculada al exministro Ábalos
Tras doce meses de silencio, el Ejecutivo se declara ahora no competente para auditar a Fiadelso, que recibió casi 5 millones en subvenciones entre 2004 y 2015
El Gobierno de Pedro Sánchez ha ignorado durante un año una petición de información al Senado sobre la situación en la que se encuentra una fundación vinculada al exministro de Transportes José Luis Ábalos. Y ahora, tras doce meses de silencio y ante la amenaza de que el asunto sea sometido a debate en comisión, el Ejecutivo se declara no competente para entregar la auditoría solicitada por dos senadores del Grupo Mixto sobre las cuentas de una ONG que, entre 2004 y 2015, recibió casi cinco millones de euros en subvenciones públicas para llevar a cabo proyectos de cooperación internacional en Latinoamérica.
Se trata de la Fundación Internacional de Apoyo al Desarrollo Local y Social (Fiadelso). Una organización fundada en 1992 en Valencia, que tiene entre sus patronos a exfamiliares y amigos del exsecretario de Organización del PSOE y que usa de forma gratuita en la capital valenciana un local comercial del que Ábalos admite ser copropietario. Durante un reciente juicio contra la fundadora de Vox y periodista Cristina Seguí, el exministro y diputado del PSOE reconoció haber fundado Fiadelso en el año 1992 y dijo mantener vínculos personales con sus responsables. Una organización que se encuentra en vías de extinción judicial por deficiencias en sus cuentas declaradas entre los años 2011 y 2015, así como por no haber registrado sus cuentas anuales desde el año 2016, según documentos oficiales de la Generalitat valenciana.
«La abandoné en el año 1998. Las personas que siguieron allí eran muy allegados y muy amigos míos, personas que efectivamente siguieron con el proyecto. Sí había vinculación personal, pero no directiva. Y hasta hoy mismo, yo le reconozco que, junto con otra persona, tengo un local en propiedad que se lo cedimos a la fundación a cambio de nada», admitió Ábalos, según informan fuentes jurídicas a THE OBJECTIVE, durante su declaración en el juicio en el que Seguí fue condenada a pagar 6.000 euros al exministro por vulnerar su derecho al honor. «Yo soy copropietario de ese local. Estamos manteniendo la cesión de ese local a la fundación hasta su extinción», añadió el exministro durante su declaración.
Un año de silencio del Gobierno
En una pregunta por escrito registrada el 30 de diciembre de 2021, los senadores del Grupo Mixto Ruth Goñi y Emilio Argüeso cuestionaron al Ejecutivo sobre la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de una notificación en la que se informaba de la apertura de un expediente administrativo a Fiadelso por no haber subsanado las deficiencias contables detectadas ni enviar la documentación requerida al respecto. Además de criticar al Gobierno por aprovechar «fechas vacacionales o de asueto para publicar en el BOE decisiones que es mejor que pasen desapercibidas», los senadores recalcaban que familiares como «el suegro del señor Ábalos trabajaban en dicha fundación».
Por todo ello, reclamaban al Ejecutivo información para esclarecer «en qué se ha invertido/gastado el dinero de la Fundación», además de solicitar la «auditoría de cuentas de Fiadelso». Ante el silencio del Gobierno durante todo un año para responder a estas y otras cuestiones planteadas por los senadores del Grupo Mixto, los propios legisladores Goñi y Argüeso elevaron el pasado 14 de diciembre de 2022 a la Mesa de la Cámara Alta las mismas cuestiones, convertidas ahora en pregunta oral para ser tratadas en la comisión correspondiente.
Esta vez, y después de un año de silencio, en tan solo un día el Gobierno ha dado respuesta a la solicitud de información. Y lo ha hecho para lavarse las manos y desentenderse de la situación de la fundación impulsada por el exministro y ex secretario de organización del PSOE. «Se informa que la citada fundación está inscrita en el Registro de Fundaciones de la Comunidad Valenciana. No es competencia del Protectorado de Fundaciones de competencia estatal», indica el Gobierno en su respuesta del 15 de diciembre.
Sin presentar cuentas desde 2016
El registro de Fundaciones de la Comunidad Valenciana, a través de la Secretaría Autonómica de Justicia y Función Pública, dictó el pasado 14 de julio una resolución en la que se insta a la Abogacía de la Generalitat a que inicie acciones legales para proceder a la resolución judicial y la declaración de extinción de Fiadelso. La razón es que la fundación no había contestado aún los reiterados requerimientos en los que se reclamaba a sus patronos información por no haber «cumplido con su obligación de rendir cuentas en los ejercicios 2016 a 2020 ni de presentación de planes de actuación de 2012 a 2021, ni subsanado los requerimientos de los ejercicios de 2011 a 2015, ni justificado, en consecuencia, la aplicación de los recursos económicos de la Fundación».
En la mencionada resolución, firmada por la consejera de Justicia de la Generalitat, Gabriela Bravo, se resolvía «autorizar a la Abogacía General de la Generalitat para el ejercicio de la acción de extinción, mediante el correspondiente procedimiento judicial, de la Fundación Internacional de Apoyo al Desarrollo Local y Social». «Quedando, en su caso, la exigencia de responsabilidad de los patronos, una vez extinguida la citada fundación, para la fase de liquidación, en la que se exigirá a aquellos la rendición de cuentas acerca del destino dado a la dotación fundacional y, caso de no ser rendidas, la condena al reintegro de la misma, sin perjuicio de otras responsabilidades a las que pudiera haber lugar», añade la resolución enviada ahora por la Generalitat valenciana a los senadores del Grupo Mixto.
Según la respuesta del Gobierno autonómico a los senadores del Grupo Mixto, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, «hasta el momento y dado que no hay sentencia emitida, Fiadelso conserva su personalidad jurídica». Es decir, la fundación vinculada a Ábalos sigue activa a pesar de no haber rendido cuentas y de que la Generalitat valenciana publicó en el BOE su extinción en noviembre del año 2021.
Entre sus patronos, actualmente, se encuentra el presidente de Fiadelso, Gustavo Casal, copropietario junto al exministro del local donde tiene su sede la organización. Además, según documentos de la Generalitat valenciana, la exmujer del exministro, Carolina Perles, fue patrona de la ONG hasta el año 2019. Y entre sus vocales se encuentra uno de los discípulos políticos de Ábalos y actual concejal de Protección Ciudadana del Ayuntamiento de Valencia, Aarón Cano.
Los vínculos de Ábalos con Fiadelso
Durante el juicio contra Cristina Seguí, según fuentes jurídicas, Ábalos admitió sus vínculos personales y familiares con la fundación que abandonó en 1998 tras ocupar su primer cargo político electo en Valencia. También dijo ser conocedor del proceso de extinción por el que atraviesa la organización. «Hay un proceso de extinción que no ha concluido, hasta donde yo sé. Tengo entendido que hay unas cuentas que la dirección que lleva a cabo la fiscalización de las cuentas de las fundaciones inadmitió y ya no han sido capaces de seguir presentando cuentas», indicó el exministro.
En su declaración, Ábalos expuso las razones por las que, según su versión, Fiadelso se encuentra en fase de disolución judicial y no ha presentado cuentas desde 2016. Motivos de los que culpó al PP en la Comunidad Valenciana, concretamente por el conocido como caso Blasco, el mayor escándalo de malversación vinculado a la cooperación internacional en España. Ocurrido entre 2008 y 2010, durante el gobierno autonómico del popular Francisco Camps.
«Entre otras cosas, porque la Fundación cayó en absoluta inactividad. Precisamente entró en una crisis profunda a raíz de un caso de corrupción que hubo en la Comunidad Valenciana en la Consejería de Cooperación, en la que se privilegió a una serie de organizaciones fantasma en detrimento de otras que sí realizaban su labor. Una de ellas es esta. Con lo cual se quedó sin financiación lo que la llevó a una senda de inacción que la llevó durante años, años, a no recibir subvenciones ni ninguna ayuda y por eso está en fase de extinción», explicó el exministro.
El ‘honoris causa’ de Ábalos
No es la primera vez que Fiadelso se sitúa en el ojo del huracán del Parlamento. Ya en el año 2018, la mayoría del Congreso de los Diputados rechazó una petición del PP, solo apoyada por Ciudadanos, para que Pedro Sánchez compareciese en el Pleno de la Cámara Baja para explicar por qué se había negado a cesar a Ábalos tras conocerse las subvenciones, por importe de 4,9 millones de euros, que recibió la ONG con la que el exministro estuvo vinculado. Entre otras, se encontraba una ayuda de 8.000 euros para la celebración de un seminario sobre cohesión social en el año 2012 en la Universidad de Chimbote, en Perú. Un acto durante el cual ese centro universitario entregó a Ábalos el título de doctor honoris causa.
«Yo he estado 27 años seguidos yendo a Perú, haciendo cooperación internacional. Yo he ido a la localidad de Chimbote desde el año 1996, manteniendo un alto nivel de cooperación internacional. Le diré que soy la persona que más ayuda internacional ha conseguido para ese municipio, lo que me supuso varios reconocimientos. Algunos tan tardíos como el doctorado honoris causa por la Universidad de Chimbote, como consecuencia de esos largos años de trabajo en ese municipio», defendió Ábalos durante el juicio contra Seguí.
En sede judicial, el exministro aclaró que la subvención de 8.000 euros no se le entregó a la Universidad sino a Fiadelso, «que era la que organizaba esa actividad». «Aquí solo cabe agradecer a la universidad por poner a disposición el lugar, la instalación. Usted trata de decir que la universidad se benefició, cuando fue al revés. Cuando fue la fundación la que cedió su instalación para que la fundación realizase esa actividad ese seminario», añadió el diputado por el PSOE.
Ante las preguntas de la defensa de Seguí, el exministro acabó contradiciendo su primera versión sobre las razones por las que abandonó Fiadelso en 1998. Si en primera instancia afirmó que lo hizo para ocuparse de su primer cargo político electo, en tono visiblemente molesto, acabó diciendo que dejó el patronato de la fundación «precisamente por ser objeto de esas insidias» de partidos políticos rivales. «A mí no me venía bien y, desde luego, a la fundación la arruinaba», añadió.