La Fiscalía pide ahora para Griñán lo que denegó cuatro veces a Eduardo Zaplana
Anticorrupción paraliza ‘sine die’ la entrada en prisión del expresidente andaluz. En cambio, se opuso a la salida del exministro del PP pese a tener una leucemia aguda
Giro de 180 grados en el criterio de la Fiscalía anticorrupción. La petición de suspender la entrada en prisión del expresidente andaluz José Griñán, por motivos de salud, choca frontalmente con la posición que el Ministerio Público mantuvo durante varios meses con el exministro y expresidente valenciano Eduardo Zaplana a pesar de padecer una leucemia aguda. La fiscalía especializada avala ahora paralizar el ingreso penitenciario del político socialista porque un informe médico forense acredita que le ha sido detectado un cáncer y desaconseja su entrada en la cárcel.
La Fiscalía pide suspender el ingreso en prisión de Griñán, a la espera de nuevos informes médicos, a pesar de que no requiere de tratamiento médico por el momento y de que ha sido condenado en firme por los delitos de malversación y prevaricación. A diferencia de este caso, Zaplana se encontraba en calidad de investigado. El expresidente de la Comunidad Valenciana ingresó en prisión preventiva en mayo de 2018. El día 31 de ese mes, aportó informes médicos forenses que acreditaban que padecía una leucemia aguda desde noviembre de 2015. Motivo por el cual tuvo que someterse a transplantes y debía recibir un exhaustivo tratamiento médico que incluía analíticas y tratamiento hospitalario cada dos semanas.
Anticorrupción, según documentos a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, se negó al menos en cuatro ocasiones a la excarcelación de Zaplana. Siguió recluido hasta febrero de 2019. Diez meses en los cuales hasta Pablo Iglesias y Arnaldo Otegi se expresaron públicamente a favor de su puesta en libertad por motivos humanitarios. En el momento de su ingreso en prisión, según los informes médicos obtenidos por este diario, el exministro del PP sufría «un importante deterioro físico» y atrofia muscular, entre otros efectos derivados de su enfermedad.
Zaplana estuvo en «riesgo de muerte»
El Instituto de Medicina Legal de Generalitat Valenciana alertó el 31 de mayo de 2018 de que, por su estancia en prisión, Zaplana pudiera sufrir infecciones que agravasen «de forma severa (hasta incluso con riesgo de muerte), su situación clínica». «Su estancia en el centro penitenciario incide de forma muy negativa en la patología que sufre», concluía el primer análisis médico aportado por el expresidente de la Comunidad Valenciana. Tesis que fueron reforzadas en sucesivos informes médicos aportados por el exministro para pedir su puesta en libertad condicional.
Sin embargo, en reiterados escritos, la Fiscalía Anticorrupción se opuso a liberar bajo fianza a Zaplana por una enfermedad que, según los informes médicos, se encontraba en un estado más avanzado de la que sufre actualmente Griñán. El expresidente de la Junta de Andalucía, a diferencia del exministro del PP, no está recibiendo aún tratamiento médico para el cáncer que le ha sido detectado. Y el informe de los médicos forenses del condenado por el caso ERE no habla de riesgo de muerte, sino de «la no conveniencia de su ingreso en Centro Penitenciario hasta que se confirme la remisión, en su caso, de la patología».
Ahora la Fiscalía pide suspender la entrada en prisión de Griñán a la espera de que se recabe un nuevo informe de los servicios médicos penitenciarios de la cárcel de Sevilla. Sin embargo, en el caso de Zaplana se opuso durante meses. Anticorrupción apelaba a la gravedad de los delitos por los que se había enviado a prisión al exministro (cohecho, prevaricación, fraude, blanqueo de capitales y organización criminal) y las «elevadas penas» aparejadas a esos delitos, a pesar de que estaba investigado pero no condenado, como ocurre en el caso de Griñán. También al riesgo de fuga y de destrucción de pruebas.
La Fiscalía puso en duda a los médicos
No obstante, la Fiscalía también ponía en duda las conclusiones de los informes médicos sobre Zaplana y añadía que, en caso de necesitar asistencia de carácter urgente, el centro penitenciario en el que se encontraba estaba «a tan solo 19 kilómetros» del Hospital de la Fe de Valencia. Y añadía que en prisión recibía «asistencia médica diaria». «Por consiguiente, el investigado está siendo controlado de forma más exhaustiva que si estuviese en libertad», indicaba Anticorrupción en uno de sus escritos, remitido el 6 de agosto al juzgado de Instrucción número 8 de Valencia.
Son unos argumentos que fueron avalados y aumentados por las distintas instancias judiciales a las que recurrió Zaplana. «La probabilidad de sufrir una infección grave con riesgo vital en los próximos meses existiría también en el caso de seguir con lo que era su vida cotidiana», indicaba la Audiencia Provincial de Valencia el 4 de septiembre de 2018, en un auto en el que desestimó un recurso en el que el exministro del PP solicitaba su salida de prisión tras cinco meses de reclusión.
«No hace falta ser licenciado en medicina ni tener una titulación de carácter sanitario para conocer que tanto los aeropuertos y estaciones, como los aviones, trenes, restaurantes y reuniones sociales numerosas, no propician en absoluto ese medio con ausencia de gérmenes patógenos que se pretende hacer ver que el recurrente necesita de forma inexcusable para hacer su estado de salud con la vida», añadían los magistrados.
Zaplana apoya a Griñán
Eduardo Zaplana finalmente fue puesto en libertad en febrero del año siguiente, después del bloqueo de sus cuentas bancarias en Suiza y de que un testigo clave -que hasta entonces se encontraba como imputado- cambiase su versión implicando al expresidente de la Comunidad Valenciana en los hechos que la Fiscalía le imputaba. Los cincuenta días previos a su liberación los pasó ingresado en el Hospital de la Fe de Valencia por un empeoramiento de su enfermedad.
El exministro, que no ha querido hacer declaraciones a este diario respecto al distinto trato otorgado a Griñán, hizo unas declaraciones el pasado mes de diciembre apoyando que el expresidente de la Junta no entre en prisión por la enfermedad que le ha sido detectada. «La justicia pierde su sentido cuando olvida las razones humanitarias», sostenía Zaplana.