Irene Montero publica en redes la sentencia por vulnerar el honor de la expareja de María Sevilla
La ministra acusó en falso a Rafael Marcos de maltratar al hijo que compartían él y la expresidenta de Infancia libre
La ministra de Igualdad, Irene Montero, en el Congreso de los Diputados. | Europa Press
Irene Montero ha publicado en redes sociales la sentencia condenatoria por haber vulnerado el honor de Rafael Marcos, expareja de la presidenta de la asociación Infancia Libre, María Sevilla -condenada por sustracción de menores por hacer desaparecer a su hijo en 2017 y no entregarlo a su padre por orden judicial– y ha borrado el mensaje en el que compartía sus declaraciones. La titular de Igualdad acusó al varón de ser un «maltratador», tanto del hijo que compartían ambos como de su expareja, lo que le valió una condena del Tribunal Supremo y la imposición de una indemnización de 18.000 euros.
La ministra de Igualdad ha compartido en su red social X -antiguo Twitter– el encabezamiento y fallo de la sentencia. En la última semana había intentado postergar este último paso, tras el pago de la indemnización, con un recurso al Tribunal Constitucional que fue rechazado por parte de los magistrados con el consiguiente enfado de los máximos representantes de Podemos, que reprendían al Poder Judicial por no atender sus reclamaciones.
La defensa de Marcos -ejercida por Arroyo Abogados y NOVALEX Spain- demandó a Montero por las palabras que pronunció el 25 de mayo de 2022 durante la inauguración de la nueva sede del Instituto de las Mujeres, y su difusión en la red social X. Aquel día, tras hacerse público el indulto concedido a Sevilla, la ministra de Igualdad señaló que el Estado tenía «una deuda» con «las madres protectoras» y que éste debía de «ser capaz de proteger» a estas mujeres que «se protegen a sí mismas y a sus hijos de la violencia machista».
Montero vulneró el honor de Marcos
El exmarido de Sevilla aseguró en su demanda que en el acto del Ministerio de Igualdad la ministra le «presentó» como un «maltratador tanto de su hijo como de su expareja», alegando que con ello había vulnerado su derecho al honor. El Supremo le dio la razón recordando que «el honor es un derecho fundamental que protege frente a atentados en la reputación personal, la cual se ve afectada cuando se atribuye a una persona conductas merecedoras del máximo reproche social».
El alto tribunal señaló en la sentencia que, «en el conflicto entre el derecho fundamental a la libertad de expresión y el derecho al honor», «atenta contra la reputación personal atribuir infundadamente a una persona la condición de maltratadora». En este sentido, explicó que, aunque la libertad de expresión «ampara opiniones o juicios subjetivos que, como tales, quedan al margen de la demostración fáctica, ello no significa que no deba contar con unos hechos que le sirvan de fundamento».
El Supremo consideró que las palabras pronunciadas por Montero durante un acto público, en alusión al indulto a María Sevilla, estuvieron «debidamente preparadas» por la ministra. La Sala de lo Civil subrayó que en este caso el derecho al honor de Marcos prima sobre el derecho a la libertad de expresión de Montero al no existir «ninguna resolución judicial que permita concluir que el demandante sea autor de episodios de violencia de género o doméstica, ni autor de abusos sexuales en la persona de su hijo».
El Alto Tribunal expuso que primaba el derecho al honor cuando se empleaban «frases y expresiones ultrajantes u ofensivas, sin relación con las ideas u opiniones que se expongan y, por tanto, innecesarias a este propósito, dado que la Constitución no reconoce un pretendido derecho al insulto». La Justicia condenó a María Sevilla en 2021 a dos años y cuatro meses de prisión, además de cuatro años sin patria potestad, por sustraer y mantener aislado y sin escolarizar a su hijo durante más de un año para evitar que viviese con su padre, al que ella había denunciado hasta en cinco ocasiones por abuso sexual al niño. En todos los casos, sus demandas fueron desestimadas por falta de pruebas.
Montero no fue la primera persona en retractarse. También tuvo que pedir disculpas la periodista Ana Pardo de Vera, que acusó a Marcos de «pederastia» en un programa de Televisión Española, mismo espacio en el que pidió permiso para asegurar que fue un error, que se había confundido con uno de los implicados en el conocido como ‘caso Infancia Libre’ y lamentó el daño que podría haberse causado.
