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Tribunales

Desconcierto en el Ministerio de Justicia ante la falta de indicaciones de Félix Bolaños

El superministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes tiene varios asuntos pendientes

Desconcierto en el Ministerio de Justicia ante la falta de indicaciones de Félix Bolaños

Bolaños con el comisario Reynders el pasado 4 de diciembre en Bruselas. | Valeria Mongelli (Zuma Press)

La llegada de Félix Bolaños ha dejado sin respuestas al Ministerio de Justicia. El diputado del PP Fernando de Rosa registró en octubre una batería de preguntas al departamento, liderado entonces por Pilar Llop, pero quienes debían contestarlas rechazaron entrar en detalles alegando el cambio de titular. El ministro acudirá el 21 de diciembre al Congreso para informar. Algo que aguardan como agua de mayo los trabajadores de la sede de San Bernardo. Estos aseguran a THE OBJECTIVE que están esperando recibir instrucciones y, en algunos casos, que se resuelva su situación laboral.

«El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes solicitará próximamente su comparecencia en la comisión competente del Congreso para informar adecuadamente sobre las líneas generales de la política de su departamento», respondió el Gobierno a las preguntas del parlamentario popular por Valencia. El texto está firmado el 24 de noviembre, cuando apenas habían pasado tres días del traspaso de cartera.

De Rosa requirió información sobre los planes de Justicia para apoyar a juzgados y tribunales por el aumento de casos y la reducción de resoluciones. También demandó saber cuántas oficinas judiciales harían falta en España ante el auge de la litigiosidad y los planes que tiene previsto adoptar el Gobierno para aumentar el número de jueces en nuestro país, con un ratio cuatro puntos inferior a la media de la UE.

Los planes de Justicia

«¿Tiene previsto algún plan de convocatoria de oposiciones para la entrada en la carrera judicial y fiscal, de carácter extraordinario, ante la previsible jubilación de cerca del 33% de miembros de dichas carreras?», insistía el diputado del PP. No obtuvo respuesta concreta a ninguna de ellas. Bolaños le contestará el día 21 en la comisión de Justicia, por lo que será el primer miembro del Gobierno que se someta al control de la Cámara baja en esta legislatura.

La herencia de su predecesora es alargada: planes de eficiencia en el cajón y conflictos con los trabajadores sin resolver. A esto hay que añadir una ley de amnistía en ciernes, por la que deberá aplacar a jueces y fiscales, y la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que lleva cinco años con el mandato caducado. La solución requerirá un ejercicio de contorsionismo. Bolaños no lo tendrá fácil, pero al asumir la cartera de Justicia prometió resolver todas las cuestiones con diálogo.

Los trabajadores consultados por este diario sostienen que esa interlocución es complicada cuando el nuevo ministro apenas ha pasado por la sede de Justicia. «Lo vi en San Bernardo durante el traspaso de cartera y poco más», afirma un funcionario. Otro le desmiente: «Ha venido días alternos. El jueves, por ejemplo, salí del ministerio pasadas las 18 horas y estaba reunido con su equipo. Es raro ver luces a esa hora».

Este funcionario sostiene que Bolaños «está montando un despacho satélite» en Justicia ya que, asegura, el principal lo mantiene en Presidencia. De Moncloa, especifica a THE OBJECTIVE, se ha traído a varios colaboradores que lo mantendrán al tanto de todo lo que suceda en su nuevo departamento. No obstante, prevé que el nuevo ministro venga a menudo «porque ha cambiado detalles del despacho y ha recolocado muebles a su gusto».

El legado de Llop

«No estar físicamente no supone desentenderse de los problemas del departamento», afirma otro trabajador. En su opinión, el problema reside en las múltiples competencias que tiene el dirigente de confianza de Pedro Sánchez, que concentra los asuntos de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes. A eso hay que añadirle los compromisos, estos días intensificados con la visita a Bruselas para reunirse con la vicepresidenta de la Comisión Europea, Vera Jourová, y el comisario de Justicia, Didier Reynders.

Hay quien se lamenta de que nadie les haya dado instrucciones «porque el ministro no ha dado indicaciones». Reconoce que existen «nervios» y «muchas dudas» entre los trabajadores del ministerio. En unos casos, explica, porque hay duplicidad de tareas, en otras porque no saben cuáles deben atender. «Otros temen por su puesto, sobre todo aquellos que están en comisión de servicio o llegaron por libre designación».

Bolaños, consciente de la dificultad que entraña haberse convertido en superministro, optó por una línea continuista. Durante el traspaso de cartera ya avisó de que continuaría con el legado de Llop. De hecho, su primera decisión fue promocionar a Manuel Olmedo como secretario de Estado. El nuevo equipo de dirección lo completan Sofía Puente y Esther Pérez.

Los sindicatos consideran que su número dos ejercerá de ministro, ante las previsibles ausencias de Bolaños. Este escenario ha dividido a las organizaciones, ya que Olmedo fue la persona que negó un aumento salarial a los funcionarios de Justicia en la pasada legislatura. «Entonces defendía las directrices de otro equipo», le excusa un responsable sindical. Todos coinciden en darle un margen de plazo para llegar a un acuerdo, excepto CCOO, que ha convocado una protesta este miércoles.

Funcionarios de Justicia explican a este diario que, con el cambio de equipo, faltan detalles por concretar. Algunos de ellos reconoce que lo que sucede es algo «normal», pero no entienden la demora en ciertos asuntos. Hay quien no sabe qué sucederá con ellos, especialmente quienes llegaron al ministerio con los predecesores de Bolaños. Y se quejan: «Hay cuestiones que se van pasando unos a otros y nadie sabe aún de quien dependerán».

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