Félix Bolaños, el 'superministro' que tendrá que coser la judicatura tras la ley de amnistía

Félix Bolaños será el hombre fuerte del nuevo Gobierno. Este abogado madrileño de 47 años se convierte en el chico para todo de Pedro Sánchez. Mantiene el Ministerio de Presidencia y Relaciones con las Cortes, pero asume también Justicia. El presidente premia al muñidor de los pactos de la pasada legislatura y al principal negociador del acuerdo de investidura de esta, que incluye la ley de amnistía. La norma, en pleno trámite parlamentario, ha soliviantado a la carrera judicial, un fuego que tendrá que apagar él mismo. Su nueva tarea no será sencilla, ya que hereda algunos de los problemas que ha arrastrado el departamento que abandona Pilar Llop.

Como titular de Justicia, Bolaños añade a sus tareas la de coordinar a sus compañeros en el Consejo de Ministros. Su nuevo cargo también le lleva a asumir las funciones de Notario Mayor del Reino. Las añade a su ya enorme responsabilidad al frente de Presidencia, a la que llegó en julio de 2021, donde se desempeña como parapeto y responsable de los movimientos de Sánchez. Desde esa atalaya controla todo lo que sucede, ya que además es el encargado de las Relaciones con la Cortes.

Bolaños es un negociador nato. Hace dos años, antes de comenzar una ronda de contacto con las fuerzas parlamentarias, el ahora superministro aseguró en TVE que era «un hombre de pactos» y que le gustaría «que hubiese acuerdos en temas fundamentales». La entrevista se produjo semanas después del indulto a los condenados del procés. Bolaños se mostró entonces partidario de superar el conflicto y avanzó una comisión bilateral entre el Gobierno y la Generalitat.

El negociador Bolaños

Este verano, el nuevo titular de Justicia interrumpió sus vacaciones para volver a Madrid y desencallar las negociaciones por la presidencia del Congreso de los Diputados, un puesto para el que sonó con fuerza. Semanas más tarde era, junto al número tres del PSOE, Santos Cerdán, el encargado de dar forma a los pactos con Junts y ERC que garantizarían la investidura de Sánchez.

Unos acuerdos que han desencadenado una ola de indignación en la judicatura por la futura ley de amnistía. Jueces, fiscales y Abogados del Estado consideran que la norma rompe los principios de igualdad y la división de poderes. La tarea de Bolaños es aplacar los ánimos y hacerles ver que la medida de gracia, aunque arriesgada, es la mejor fórmula para cicatrizar las heridas abiertas por el proceso unilateral de independencia emprendido por Cataluña en 2017.

Los fuegos se le multiplican a Bolaños, que hereda los problemas de Llop al frente de Justicia. Durante la pasada legislatura se revelaron letrados de la Administración, jueces, fiscales y funcionarios de la Justicia para reclamar mejoras salariales y organizativas. El aumento retributivo de los primeros es ya un hecho tras meses de huelga. También el de jueces y fiscales, que amenazaron con ella. Queda cerrar un acuerdo con los funcionarios, so pena de volver a unas protestas que han retrasado ya miles de juicios.

«Es el negociador de Sánchez», asegura una voz autorizada en Ferraz. A Bolaños no le tiembla el pulso en este tipo de escenarios. Ya dirigió las conversaciones para renovar instituciones del Estado como el Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo, el Tribunal Constitucional o el Consejo de Administración de RTVE. Menos suerte tuvo con otros encargos, como remozar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuyo mandato caducó hace cinco años. En los próximos meses tendrá una reválida.

Número uno de su promoción

Bolaños ha sido fundamental en algunos hitos del Gobierno en la pasada legislatura. Entre ellos, la aprobación de los presupuestos, la prórroga del Estado de alarma por la pandemia o la reforma del Código Penal. También fue la voz autorizada de Moncloa para las exhumaciones del Valle de los Caídos. El nuevo ministro de Justicia se encargó de negociar con las familias del dictador Francisco Franco y de José Antonio Primo de Rivera. Lo hizo con discreción.

La misma que sus críticos denuncian que le faltó en el acto institucional de la Comunidad de Madrid el pasado 2 de mayo, cuando intentó subir a la tribuna de autoridades sin invitación. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, Bolaños fue el número uno de su promoción tanto en el Curso General de Abogacía de la Escuela Práctica Jurídica como en el Curso Especial de Derecho Laboral de la Escuela de Práctica Jurídica. Ejerció como secretario general de la Presidencia del Gobierno desde junio 2018 hasta que dos años más tarde fue nombrado ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática.

El nuevo ministro de Justicia ocupó el puesto de Letrado del Banco de España desde 2008. Posteriormente fue nombrado jefe de la división de Asesoría Jurídica Laboral y Documentación Jurídica. Ha ejercido como profesor en el Instituto de Empresa (IE Law School) y ha sido abogado del despacho Uría Menéndez. Además, ha sido premiado con la Cruz Distinguida de Segunda clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort, concedida por el Ministerio de Justicia, con el premio del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid y con el premio de la Escuela de Práctica Jurídica de la Complutense.

Se trata de un nombre de partido, en el que ingresó hace dos décadas, justo cuando se produjo el denominado tamayazo, cuando dos parlamentarios electos del PSOE impidieron con su abstención la investidura del socialista Rafael Simancas como presidente de la Comunidad de Madrid. Desde entonces ha participado activamente en la vida orgánica. Ha sido miembro del Comité Regional del partido entre 2007 y 2018 y secretario de la Comisión Federal de Ética y Garantías desde 2013 hasta 2021. En la actualidad es el secretario para la Reforma Constitucional.