La Guardia Civil retiene grabaciones y teléfonos de una mujer con pruebas del ‘caso Tito Berni’
«Vivo con pánico», dice la dueña de un establecimiento en Las Palmas frecuentado por la trama. Se siente «hostigada»
«Lo recuerdo como si fuese ayer», dice Paula tras mostrarle la fotografía del sumario del caso Tito Berni que ilustra este texto. En el centro de la imagen se sitúa el exdiputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes Curbelo, presunto cabecilla de la trama desarticulada hace ya más de un año por el presunto cobro de sobornos de empresarios a los que prometían facilidades para obtener contratos públicos o eliminar sanciones administrativas. «Aquella noche cené con ellos y, como suele ser habitual, luego celebraron una fiesta con chicas en el hotel donde siempre se hospedaban cuando venían a Las Palmas», añade Paula.
Es el nombre ficticio elegido por esta mujer canaria en esta entrevista con THE OBJECTIVE. Busca proteger su intimidad y seguridad. Vive con «pánico» desde que el pasado mes de octubre fue detenida por la Guardia Civil en una operación de la que fue absuelta por ausencia de pruebas poco después. «Sigo aterrada ante la posibilidad de volver a ser hostigada por la Guardia Civil. Tengo ataques de pánico frecuentes y no logro dormirme hasta las 6 de la mañana», indica. Ha decidido hablar por primera vez en público de las visitas que la trama de Tito Berni hizo al negocio que regenta desde seis años en Gran Canaria y que denomina como un «hotel de alquiler de habitaciones para chicas de compañía». Era la mujer a quien Antonio Navarro, alias El Mediador, contactaba cada vez que los integrantes de la trama se reunían en Gran Canaria.
«Fueron decenas de veces las que me llamaron para contratar chicas a domicilio al hotel donde celebraban reuniones. Los recuerdo perfectamente, porque eran los peores clientes y presumían mucho precisamente de ser políticos, empresarios y de tener mucho poder. Se creían por encima del bien y del mal. Siempre hablaban de chanchulleos», añade Paula. Recuerda en concreto la noche de la foto que ilustra este artículo. En ella aparecen, junto al exdiputado del PSOE Fuentes Curbelo, otros dos de los imputados en el caso Tito Berni. El de la derecha, Miguel Ángel Robayna, sería según los investigadores quien habría actuado como testaferro para el blanqueo de dinero de la trama.
Reuniones de la trama Tito Berni
«Aquel en concreto era muy mala persona», dice la mujer. Relata un episodio, según el cual, Robayna habría puesto en riesgo la salud de una de las trabajadores sexuales contratadas en una de las múltiples reuniones recogidas en los informes policiales del caso Tito Berni en ese establecimiento hotelero de la zona de Las Canteras. Un testigo de aquel día confirma la versión de Paula.
Sospecha cuál puede ser el motivo del «acoso» que dice haber sufrido por parte de la Guardia Civil. Después de ver el sumario del caso que llevó a su detención el pasado mes de octubre, y al saber que ha sido objeto de seguimientos por unos hechos que, según la juez, carecen de relación alguna con ella, demuestra temor en su voz. «Recuerdo que cuando estaba en el calabozo, no podía dar crédito de que me estuviesen acusando de vender a chicas. Precisamente yo, que llevo años colaborando con la Policía Nacional y he denunciado casos que llevaron a la detención de muchas personas por tratar con mujeres», añade.
Hostigamiento de la Guardia Civil
«No puedo decir que este hostigamiento de la Guardia Civil sea por culpa del caso Tito Berni, pero casualmente aún no me han devuelto los teléfonos móviles del trabajo donde tengo conversaciones con ellos. Eran clientes habituales de las clientas que se hospedan en mi casa», explica. Varios meses después de su absolución, en un contundente auto de la juez que desacredita la investigación por la que fue detenida, la Justicia sigue sin devolverle los teléfonos móviles y los discos duros que le fueron incautados durante la detención y registro de la vivienda donde viven Paula y su pareja.
En esos discos duros incautados, Paula almacenaba las grabaciones del «hotel de alquiler de habitaciones para chicas» que regenta. El mismo negocio en el que alguna vez estuvieron Tito Berni y otros de los investigados en el caso que instruye el Juzgado número 4 de Santa Cruz de Tenerife. A través de los medios, dice ser consciente de que algunos de aquellos hombres a los que conoció en las fiestas sexuales de la trama de Tito Berni eran altos mandos de la Guardia Civil.
Como presunto integrante y cabecilla del caso de presunta corrupción, también fue detenido un general retirado de la Guardia Civil, Francisco Espinosa Navas. Además, como reveló este diario, la investigación liderada por la Fiscalía Europea ha puesto el foco en varios mandos del Grupo de Acción Rural (GAR) por su posible implicación en el cobro de mordidas por la adjudicación de contratos, con fondos de la UE, para un proyecto en África que lideraba Espinosa Navas.
Conversaciones e imágenes
Como resultado de su detención, realizada por el equivalente a los Grupo Especial de Operaciones (GEO) y que aún hoy le hace tener frecuentes ataques de pánico («tiraron la puerta abajo y nos detuvieron en presencia de mi hija»). La Guardia Civil sigue sin devolverle todos sus teléfonos móviles y los discos duros donde almacena las grabaciones de seguridad del negocio que regenta en Las Palmas.
«El móvil del trabajo no me lo han devuelto. Tenía conversaciones con esta gente», insiste Paula. Recuerda un trato más cercano con Antonio Navarro, alias El Mediador, y con el exdirector de Ganadería canario Taishet Fuentes, sobrino de Tito Berni. Dice sentir «miedo» actualmente de la Guardia Civil. «El poder que tienen ellos, no lo tengo yo. Temo posibles represalias contra mi negocio o mi familia. Me estuvieron siguiendo durante siete meses y al final se demostraron falsos los delitos de organización criminal y trata de blancas que nos atribuían».
Su abogado ha requerido en varias ocasiones que le devuelvan los dispositivos móviles a Paula y que se certifique la cadena de custodia. El juzgado sigue esperando una respuesta de la Guardia Civil. «Cualquiera que lea el sumario puede dar fe de que los indicios que me inculpaban como miembro de organización criminal y trata de blancas eran un auténtico despropósito», concluye.