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Tribunales

Los atestados policiales demuestran que los Mossos renunciaron a perseguir a Puigdemont

La policía autonómica vio al expresident subirse a un coche Honda de color blanco, pero no lo persiguieron

Los atestados policiales demuestran que los Mossos renunciaron a perseguir a Puigdemont

Comisario jefe de los Mossos d,Esquadra Eduard Sallent ofrece rueda de prensa

El pasado 8 de agosto, los Mossos d’Esquadra estaban llevando a cabo un dispositivo de vigilancia sobre Carles Puigdemont, el expresidente de la Generalitat de Cataluña. Su objetivo era proceder a su detención una vez que este terminara su discurso ante una multitud congregada en el Arco del Triunfo de Barcelona. Sin embargo, a pesar de tener la orden del Tribunal Supremo para arrestarlo, los agentes que estaban presentes en el lugar no lograron detener al líder de Junts. Según los atestados policiales a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, los mossos observaron cómo Puigdemont se subía a un vehículo Honda de color blanco, pero, sorprendentemente, no lo persiguieron. En estos documentos se revela que, a pesar de presenciar la huida, no hubo una persecución inmediata, dejando a los agentes inmóviles ante la situación.

Los agentes que han declarado, en calidad de testigos, en la causa abierta tras la fuga de Puigdemont no solo reconocen el fallo en el dispositivo, sino que también desvelan que le vieron huir no hicieron nada para proceder a su detención a fin de cumplir la orden vigente dictada por el Tribunal Supremo. «Al finalizar el acto, los agentes han visto cómo un grupo organizado de personas han hecho maniobras de distracción para evitar poder realizar la detención. Estos agentes han podido observar cómo Puigdemont subía a un vehículo marca Honda, modelo HRV, sin que los agentes hayan podido seguir al vehículo. Y, junto a dicho automóvil, han visto que salía de forma inmediata otro vehículo marca Volkswagen modelo Golf y una motocicleta de la que no han podido observar la matrícula», recoge el informe. Lo cierto es que tampoco memorizaron la matrícula del Honda, conducido por una paralítica, en el que huyó Puigdemont. Si no que los mismos datos pudieron obtenerse gracias a las imágenes grabadas por los medios de comunicación en dicho momento.

La situación se complicó aún más cuando se supo que los agentes que ayudaron a Puigdemont en su fuga fueron detenidos y puestos a disposición judicial. A pesar de la gravedad de los hechos, actualmente estos agentes están en libertad provisional, ya que la Fiscalía no solicitó medidas cautelares en su contra. Uno de los detenidos es el mosso Xavi Manso, quien es señalado como un actor clave en el plan para la nueva huida de Puigdemont. Este agente, conocido por los jueces que investigan el proceso independentista, aparece mencionado en los sumarios del caso Voloh, donde se indagan posibles injerencias rusas en el procés y la presunta financiación ilegal del independentismo. Además, su nombre también aparece en el caso Tsunami, que investiga un presunto delito de terrorismo vinculado a las protestas que sacudieron Cataluña tras la sentencia del 1-O dictada por el Tribunal Supremo. Sin embargo, esta última causa fue archivada debido a un error procesal en la prórroga de la instrucción durante la crisis de la covid-19, cuando el juzgado operaba con servicios mínimos y los funcionarios teletrabajaban.

Otro agente involucrado en la fuga es Jordi Rodrigo, el dueño del Honda blanco en el que Puigdemont escapó. Este hombre de 57 años, que todavía está en activo, supuestamente colaboró en el dispositivo paralelo creado para facilitar la huida del líder de Junts. Un tercer agente implicado en los hechos es David Goicoechea, quien también estaba cerca de la escena en el momento de la fuga. Goicoechea, de manera irónica, se presentó al día siguiente a trabajar y se burló de sus compañeros, asegurando que había pasado los días 7 y 8 de agosto, que había tomado como vacaciones, en Andorra con su madre y en Barcelona.

La fuga de Puigdemont se produjo el jueves 8 de agosto, cuando apareció bajo el Arco del Triunfo y dio un breve mitin de cinco minutos ante la multitud que lo ovacionaba. Luego, desapareció nuevamente, realizando así su segunda huida del país, siete años después de haberse escapado en 2017 en el maletero de un coche tras declarar unilateralmente la independencia de Cataluña.

La policía catalana había previsto varios escenarios para la detención de Puigdemont, pero ninguno de ellos contemplaba la posibilidad de que pudiera fugarse frente a miles de personas. Los agentes de la Comisaría General de Información de los Mossos, encargados del operativo, vigilaron en todo momento los movimientos del político fugado, pero finalmente, Puigdemont logró desaparecer entre la multitud, frustrando así el plan de detención que se había trazado. La intención inicial era arrestarlo discretamente una vez que cruzara el perímetro de seguridad del Parlament, pero Puigdemont nunca llegó a ese punto y, ahora, se encuentra nuevamente en Waterloo.

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