La Guardia Civil aceptó ofrecer en su intranet las pruebas PCR que vendía la trama Ábalos
‘Mails’ y chats intervenidos por la UCO revelan que la organización criminal hizo pruebas covid a agentes y mandos
Las conversaciones interceptadas por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil a la trama Ábalos muestran que esta trabajaba, tras el pelotazo con las mascarillas, en el incipiente negocio de las PCR postpandemia. Los 4 mosqueteros –Víctor de Aldama, Ignacio Díaz Tapia, Javier Serrano y César Moreno- estaban desbordados. Incluso pensaron en comprar un call center para atender las constantes llamadas. Sin embargo, seguían buscando clientes. La trama tenía demasiados frentes abiertos, pero su prioridad era cubrir las demandas de pruebas de los organismos del Ministerio del Interior.
Los whatsapps muestran como iban estableciendo relaciones dentro de las administraciones y organismos públicos. En estos casos, según los mensajes a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, el hombre clave era K -Koldo García-, también conocido como El Grandullón. El exasesor de Ábalos consiguió distintos contratos para Eurofins Megalab. El Cuerpo Nacional de Policía suscribió, entre septiembre de 2020 y mayo de 2021, dos convenios con el laboratorio al que están vinculados socios del comisionista Víctor de Aldama. En total, se otorgaron 750.000 euros para realización de pruebas analíticas para detección de la covid-19 mediante test PCR. Las pruebas estaban destinadas a inmigrantes en Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y a policías nacionales.
Pero la trama no solo consiguió hacer negocio con la Policía; también lo hizo con la Guardia Civil. Entre los mensajes interceptados por la UCO en relación con el negocio de las pruebas covid, destaca uno con un archivo adjunto. En este aparece un agradecimiento al Sr. Díaz -presuntamente Ignacio Díaz Tapia- por su confianza por trasladar su oferta -de PCR- a la Guardia Civil y sus familias. «Informarle que disponemos de una intranet corporativa a la que los miembros de la Guardia Civil acceden ampliamente desde cualquier punto de la geografía española».
El texto, que suscribe un comandante de la Guardia Civil, aclara que el «único fin es el de contribuir a lograr un mayor bienestar personal y familiar». «Por eso se difunden promociones particulares exclusivas», destaca. Finalmente, insta a una reunión en la sede del Servicio de Acción Social del instituto armado, de la que era jefe accidental el citado mando. De este modo, se entiende que el instituto armado pudo haber aceptado ofertar en su intranet las pruebas PCR que hacía la empresa Eurofins Megalab con algún tipo de descuento o promoción para los agentes y sus familias.
PCR gratis a mandos
Según las investigaciones de la Guardia Civil, la trama de las PCR llegó a hacer pruebas incluso a altos mandos del Instituto Armado, entre ellos, la exdirectora, María Gámez. Algunas de ellas por mediación del comandante Rubén Villalba, la pata de seguridad de la organización criminal que se valía de su posición en la jefatura antiterrorista del cuerpo para dar cobertura a todos los implicados. Además de esas gestiones, también se encargaba de conectar a personas de su confianza con el laboratorio de pruebas covid pilotada por la trama. Así es al menos en el caso de un teniente coronel de la Guardia Civil, Roberto Esain López, «amigo de Rubén», según señala el informe de la UCO.
El 16 de diciembre de 2021, Víctor de Aldama envía un mensaje reenviado a un grupo de WhatsApp donde se gestionaba todo el asunto de las pruebas con los datos personales del teniente coronel para que le hagan hueco en la clínica dos días después, el 18 de diciembre, a las 10.00 horas para una PCR, avisando de que «es uno de Rubén». Sin embargo, surgen problemas. Ese mismo día, el comisionista envía otro mensaje al grupo diciendo que Roberto «ha ido o está» en la clínica y parece que no tenía cita, y además habría pagado la prueba cuando no debía ser así.
«Llamad porque ha pasado. Está allí que le devuelvan la pasta porfa», señala Aldama a uno de los colaboradores de la trama en la clínica, Ignacio Tapia. Él le responde: «Estaba mandado, espera que pregunto». «Llamad ya, no podemos tener estos fallos con nuestra gente», le replica el empresario. El teniente coronel que se habría hecho la prueba, presuntamente de forma gratuita, según pretendía la trama, Roberto Esain, es actualmente un mando del Estado Mayor de la Guardia Civil, órgano dependiente de la Dirección General del Cuerpo.
La hija de María Gámez
Meses antes, en mayo del mismo año, también acudió a la clínica a realizarse las pruebas serológicas de covid sin coste alguno la exdirectora de la Guardia Civil María Gámez y su hija, aunque los investigadores no precisan si esta cita fue también precedida por una orden del comandante investigado, Rubén Villalba. Cesar Moreno, otro de los implicados en la trama, pregunta el día 4 «quiénes son los de la PCR de por la tarde» y «Nacho» —Ignacio Tapia— le responde que «director del Instituto Armado y la familia».
Poco después, un número desconocido manda un audio a Ignacio Tapia: «Eh… Ha venido la directora de la Guardia Civil con su hija, que nos habían avisado por lo visto, pero a mí nadie me ha dicho nada. Yo no le he cobrado, han hecho por… me ha insistido un poco, pero tampoco mucho, tampoco sabía si había que cobrarle o no. Entonces nada, no le he cobrado, digo a ver si hubiera sido obligatorio en plan por tema legal pues me habría insistido más, pero yo creo que le ha ido bien». A lo que Nacho responde: «Mejor. Es la hija de la directora. Ya avisé dos veces de que iba a ir…».