Entre las acciones adoptadas por Reno durante su largo paso por el Departamento de Justicia, destacan dos sucesos que dieron la vuelta al mundo. Solo llevaba 38 días en el cargo cuando permitió, en abril de 1993, que agentes del FBI irrumpieran en el complejo que la secta de los Davidianos tenían en Waco a pesar de las amenazas de su líder, David Koresh, de prenderlo fuego, como así hizo. Murieron cerca de 80 personas. Ante las críticas por lo ocurrido, Reno asumió toda la responsabilidad. «Yo tomé la decisión. Soy la única responsable», dijo, afectada, en rueda de prensa. Otro de los casos más controvertidos de Reno fue el de Elián González, el niño balsero que llegó a Florida procedente de Cuba y que se convirtió en objeto de una batalla política y mediática después de que sus familiares de Miami trataran de impedir que regresara a Cuba. Reno estableció que Elián debía estar con su padre en la isla y envió agentes armados a casa de sus familiares en abril de 2000 para obligarles a entregar al niño, que regresó a Cuba con su progenitor. Las críticas entre el exilio cubano en Miami no se hicieron esperar con manifestaciones contra Reno, a quien se referían como «bruja» y «lacaya» del presidente Fidel Castro.