La ciudad siria de Alepo ha estado más o menos dividida bajo el control del gobierno, en el oeste, y el control rebelde, en el este, desde mediados de 2012. En las últimas semanas, los avances de las fuerzas del Gobierno sirio a las afueras de la ciudad han cortado la única vía de acceso que quedaba hacia los barrios orientales, controladas por los rebeldes. El objetivo era alcanzar el estado de sitio, pero el bloqueo está perjudicando de forma acuciante a la población civil, impidiendo el acceso a alimentos y ayuda humanitaria.
En declaraciones a Al Jazeera, Farah al-Atassi,arah al-Atassi, del Comité de Negociaciones de la oposición, asegura que “hay alrededor de 400.000 civiles en la ciudad sitiada de Alepo al borde de la inanición. El pasado domingo, el ejército ruso y las fuerzas aéreas del régimen sirio bombardearon los seis hospitales e instalaciones médicas que quedaban en la ciudad” . Ayer, la ONU y las potencias occidentales del Consejo de Seguridad pidieron establecer una tregua semanal en Alepo para paliar los efectos del avance militar del régimen, que ha cortado el acceso a la ayuda a cientos de miles de civiles.