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El senador tiene claro que «en Colombia nunca va a haber paz si en Venezuela no hay libertad»
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El candidato del partido uribista Centro Democrático, Iván Duque, ha sido elegido este domingo presidente de Colombia con 10 millones de votos, con el 98,20% de las mesas contabilizadas.
La guerrilla colombiana Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha asegurado que cesará sus actividades militares desde el 25 al 29 de mayo para facilitar la participación de los ciudadanos en las elecciones presidenciales del 27 de mayo. El Ejército de Liberación Nacional, que también cesó sus operaciones militares en las elecciones legislativas de febrero, retomó las negociaciones de paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos la semana pasada en La Habana.
La derecha encabezada por el expresidente Álvaro Uribe, feroz opositor del acuerdo de paz con las FARC, ganó las elecciones legislativas de este domingo en Colombia, donde los exguerrilleros se estrenaron en las urnas con un pobre resultado.
Finalmente, el Congreso de Colombia ha aprobado la ley que autoriza la participación de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) en la política del país, un punto que se incluyó en el acuerdo histórico que puso fin a medio siglo de conflicto armado.
Han sido capturados 11 presuntos guerrilleros del ELN, único grupo rebelde activo de Colombia y que negocia la paz con el gobierno, en el municipio venezolano de Páez por autoridades de ese país, según ha informado este domingo la Armada colombiana.
El debate se extendió durante más de 13 horas, en el que «fueron escuchados todos los sectores políticos, líderes del NO y del SÍ, organizaciones civiles, sociales, víctimas, y juventudes», informó el Senado. La Cámara calificó la sesión de «día histórico», en el que se debatió «el tema más importante para Colombia, la refrendación de la paz». Un debate, «con ideas, un debate en el que se dieron todas las garantías a la oposición».
Durante la larga sesión intervinieron el jefe negociador Humberto de la Calle Lombana; el Alto Comisionado para la Paz Sergio Jaramillo; el exministro y delegado para los diálogos con el ELN Juan Camilo Restrepo; el excandidato Óscar Iván Zuluaga y algunas personalidades de la sociedad civil y algunos líderes regionales, entre otros. Participaron también representantes del Gobierno y de los distintos partidos como los dirigentes del Centro Democrático, Iván Duque y Álvaro Uribe, formación que finalmente no votó. El ex presidente de Colombia recordó los puntos que sugirió su partido para que se llegara a un “Acuerdo Nacional”, como el de la elegibilidad política y el pago de una pena alternativa, aspectos que en su opinión «terminarían por blindar y dar la seguridad jurídica que los desmovilizados necesitan».
La fotografía cambiará. Si la firma del pacto original el 26 de septiembre en la caribeña ciudad de Cartagena contó con la presencia de 2.500 invitados, a la firma de esta segunda versión sólo acudirán expresidentes colombianos, legisladores, magistrados, víctimas del conflicto armado y representantes de organizaciones sociales. La renogociación del texto ha puesto de manifiesto la fractura evidente entre dos sectores de la élite política y una sociedad que oscila entre el perdón y el castigo. El nuevo texto sigue manteniendo el modelo de justicia transicional que permitirá penas alternativas para responsables de delitos de guerra y de lesa humanidad a cambio de verdad, pero precisa las reglas y las áreas de restricción de libertad para los condenados. Además, las FARC se comprometen a entregar un listado de sus bienes de antemano y un reporte detallado sobre su participación en el narcotráfico. Sin embargo, se mantiene uno de los puntos más criticados por los partidarios del ‘no’, las garantías para que los exguerrilleros depongan las armas y puedan hacer política. La decisión de refrendar el acuerdo en el Congreso, tomada por las FARC y el gobierno, fue rechazada por quienes se oponen al pacto, liderados por el expresidente y actual senador Álvaro Uribe. Para el derechista Centro Democrático, partido de Uribe, se dio un «golpe a la democracia al negar» la refrendación popular del nuevo acuerdo.
Según el acuerdo, tras la firma las FARC deberán comenzar a agruparse en los próximos días en las zonas donde dejarán progresivamente sus armas durante los próximos seis meses, bajo supervisión de la ONU. Sin embargo, la paz no estará completa mientras siga activo el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), con el que el gobierno intenta iniciar una mesa formal de diálogo desde hace meses.
«El amor que llevamos en el corazón es gigante y con nuestras palabras y acciones seremos capaces de alcanzar la paz», dijo la organización en un mensaje publicado en twitter cuando el escrutinio llegaba a su fin. En declaraciones a Radio Caracol, el líder de las FARC, conocido como ‘Timochenko’, aseguró que el grupo armado que ha causado el terror en el país durante más de 52 años, mantiene «su voluntad de paz y reitera su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia el futuro”.
Por su parte, el presidente Santos anunció que los jefes negociadores del proceso de paz regresarán a La Habana, Cuba, este mismo lunes. “He dado instrucciones al jefe negociador (Humberto de la Calle) y al Comisionado de Paz (Sergio Jaramillo) para que viajen mañana mismo a La Habana a mantener informados a los negociadores de las Farc sobre los resultados de este diálogo político”. Además, dijo que hará una gran convocatoria a los partidos políticos para conciliar la polarización del país. El ex presidente Álvaro Uribe, que ha hecho campaña por el ‘No’, manifestó su deseo de trabajar por un «gran pacto nacional».
Colombia tiene la oportunidad este domingo de poner fin a más de medio siglo de guerra entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -Ejército del Pueblo (FARC-EP).
El presidente Santos fue el ministro de Defensa colombiano que ejecutó todas las acciones guerreristas Álvaro Uribe Vélez cuando fue presidente. Abrió frente contra Ecuador e invadió su territorio para destruir un campo guerrillero, confrontó a Hugo Chávez y fue parte activa del golpe de Estado y de acciones de desestabilización contra Venezuela, Instaló siete bases militares en Colombia, y su política de negación de la paz negociada sino impuesta, a través del exterminio del oponente fue su bandera permanente, y simplemente no lo logró.
En una entrevista concedida al diario ABC, Uribe asegura que su sucesor, Juan Manuel Santos, está a punto de firmar una paz que él cree un engaño. Además, apunta que en los últimos meses han disminuido los secuestros y asesinatos masivos «no por una acción del Gobierno, sino por la tregua de las FARC». Por el contrario, asegura que el país está de nuevo en 159.000 hectáreas de coca, cuando había bajado a 42.000. «Estamos otra vez como antes del Plan Colombia». El Plan Colombia sirvió para modernizar un Ejército imponiéndose, por fin, a la guerrilla.
Santiago Uribe deberá responder por los delitos de homicidio agravado y concierto para delinquir. Desde hace quince años, el hermano del expresidente colombiano ha sido cuestionado por los testimonios del exparamilitares que han mantenido sus vínculos con el grupo paramilitar. El excomandante de la policía de Yarumal Juan Carlos Meneses, que formó parte de la agrupación, ha señalado a Uribe como uno de los cabecillas. La defensa de Uribe sostiene que las acusaciones forman parte de un montaje que persigue desprestigiar al ahora senador Álvaro Uribe.
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