La investigación ha sido realizada por 24 investigadores de una instancia llamada Misión de Investigación Conjunta (JIM, Joint Investigative Mechanism), un grupo creado en 2015, después de tres ataques con cloro en tres pueblos sirios que causó 15 muertos. Los expertos han analizado nueve ataques entre 2014 y 2015 en el norte de Siria. Sobre seis de ellos no se han pronunciado porque aún siguen las investigaciones, pero de dos de ellos en la provincia de Idlib -uno en Talmanes en 2014 y otro en Sarmin en 2015- tienen pruebas de que helicópteros del ejército sirio lanzó barriles llenos de agentes tóxicos, lo más probable que sea cloro, sobre la población. Los investigadores detallan que en el ataque murieron los seis miembros de una familia que se refugiaron en el sótano de su casa y más de veinte personas fueron hospitalizadas por intoxicación. El cloro no figura en la lista de productos químicos que deben ser destruidos, pero se considera un arma química cuando se utiliza como tal.
Esta no es la primera vez que Damasco es acusado de un ataque químico. El más grave tuvo lugar el 21 de agosto de 2013 en Ghouta, un suburbio de Damasco, en el que murieron 1.400 personas, según Estados Unidos.