«A Júpiter le cuesta 12 años dar la vuelta al Sol, y a Saturno 30, por eso es un fenómeno raro de ver, aunque se da cada veinte, pero, dicen, nunca tan cerca como ayer, nunca tan visible desde nuestro planeta. En 2080 volverá a suceder, pero no creo que yo esté para verlo»
Los planetas habitables se cuentan seguramente por millones. Podríamos imaginar el Kepler 452-B como una Tierra con pequeñas variaciones, pero también como un mundo completamente inaceptable, con piedrecitas sulfúricas que atragantarían a los astronautas y selvas dotadas de psico-sensibilidad.
Hoy estoy cansado. Y como yo, imagino que cientos de miles de ciudadanos. La vida, sin dejar de ser maravillosa, se hace cada vez más espesa.
Si se fijan, solo nos quedan las estrellas…El mundo es un desastre y no solo por que está en guerra, por que no solucionamos nada, por que tenemos conflictos veraniegos, que solo nos preocupan cuando salimos de la playa…
A falta de noticias terrestres que no me despierten rabia, dolor o tristeza, me voy al espacio. Necesito un respiro. Tengo ganas de ingravidez y debilidad por las fotos cósmicas de The Objective. Me gusta encontrarlas en medio de las cosas que pasan en la superficie terrestre.
A veces enseño las fotos de este diario a mi hija china. Le gustan casi todas. Y siempre hace preguntas. Hoy nos hemos fijado en la de la galaxia NGC 4605 y hemos leído el pie de foto, que dice que los científicos desconocen su origen.
Esta imagen, increíble y hermosa, se produjo a 9.000 años luz de la Tierra. Como saben, eso significa que la luz tarda un total de 9.000 años en recorrer la distancia que separa esta guardería de estrellas de nuestro planeta.
El telescopio espacial Gaia comienza a mapear las estrellas. Una cartografía compuesta por mil millones de puntos luminosos, que en realidad no representan más que el 1% de la población estelar de nuestra galaxia.
El robot que ven no acaba de nacer. Para ser justos habría que remontarse hasta el año 5.000 antes de Cristo y viajar hasta la entonces muy lejana China. En tiempos de Fu-Hi comenzaron a usarse los primeros códigos binarios para representar el símbolo mágico del emperador.