Al menos seis muertos y 81 heridos tras una potente explosión en Estambul
El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, sospecha que se trata de un «atentado terrorista»
El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, sospecha que se trata de un «atentado terrorista»
Las autoridades difundieron el martes varias imágenes del sospechoso, que la madrugada de Fin de Año irrumpió en una discoteca de Estambul y mató a 39 persona e hirió a otras 65. Además, la prensa turca publicó que se trata de un activista que militó en las filas del Estado Islámico en Siria. Entró en Turquía desde Siria, donde fue miembro del grupo yihadista autodenominado Estado Islámico, razón por la cual «domina el uso de las armas de fuego», asegura el diario Hurriyet. El gobierno turco, que admitió que la investigación está siendo «difícil», ya había informado el lunes de que se consiguieron «datos relativos a las huellas dactilares y al aspecto» del asesino. En total, 16 personas fueron detenidas en el marco de la investigación, entre ellas la esposa del presunto autor y dos extranjeros detenidos en el aeropuerto internacional Ataturk de Estambul, informó la agencia turca Dogan.
Demirel es el presidente del grupo parlamentario del HDP, segunda formación opositora en Turquía. Por otro lado, el lunes Erdogan ordenó la detención de casi 200 miembros del HDP, entre ellos los jefes del partido en Estambul y Ankara, sospechosos de pertenecer al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado grupo terrorista por el gobierno turco, o de transmitir su propaganda. El doble atentado del sábado cerca de un estadio de fútbol en Estambul, que dejó 44 muertos, en su mayoría policías, fue reivindicado por los Halcones de la Libertad de Kurdistán (TAK), un grupo cercano al PKK, que en los últimos meses ha llevado a cabo numerosos ataques, sobre todo en Estambul y Ankara.
Las fuerzas especiales han llevado a cabo la redada en un total de 16 domicilios en tres barrios obreros del extrarradio de Estambul, Pendk, Basaksehir y Sultanbeyli. Los detenidos son acusados de financiación del terrorismo, proselitismo y reclutamiento, aunque no han informado sobre el grado de vinculación de los detenidos con el ataque de Estambul. El ataque terrorista costó la vida a 43 personas y causó 200 heridos, de los que 128 aún siguen ingresados.
Los medios turcos han hecho público que dos supuestos militantes que se mantenían en contacto con operativos del ISIS fueron «neutralizados» en la frontera entre Turquía y Siria cuando trataban de cruzar hacia Estambul. Las informaciones apuntan que pretendían atentado en las ciudades de Adana y Ankara.
El atentado tuvo lugar el pasado martes 7 de junio, sobre las 08.40 de la mañana, cuando un coche cargado de explosivos estallaba al paso de un autobús. Horas después cuatro rebeldes del PKK fueron detenidos por su presunta vinculación con el atentado. Por otro lado, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán –PKK–, se atribuía también otro ataque suicida con coche bomba contra una comisaría en la ciudad de Midyat, en el que el miércoles murieron dos agentes de policía y tres civiles.
En los últimos meses, TAK se ha atribuido dos sangrientos atentados, uno perpetrado el 10 de febrero contra un convoy militar en Ankara en el que murieron 28 personas y otro el 13 de marzo que causó otros 37 muertos en la capital turca. Muchos analistas consideran a TAK simplemente una «marca subsidiaria» del PKK, utilizada para reivindicar atentados que podrían dar mala imagen de esta guerrilla, en especial si causan la muerte de civiles.
El atentado, perpetrado con un coche bomba, tuvo lugar a las 8.40 –hora local– en el barrio de Vezneciler, en la parte europea de la ciudad. El vehículo estallaba cuando un autobús que transportaba policías y que se dirigía a la Universidad de Estambul en una misión rutinaria, pasaba por la zona. «La misión de nuestros militares, nuestros policías y nuestros guardias es la de proteger las vidas y la propiedad. Es imperdonable que estas personas sean atacadas», ha advertido Erdogan tras ver a parte de los heridos. «Seguiremos valientemente nuestra lucha contra el terrorismo», ha añadido. Por su parte, la Casa Blanca también ha condenado el ataque y asegura que «Estados Unidos está junto a Turquía».
Esta mañana, otro coche bomba explotaba frente a la comisaría de Midyat, en el sudeste de Turquía, con varias personas heridas. La agencia de prensa progubernamental atribuye la autoría a los insurgentes kurdos.
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