«Banksy quiere dejarlo claro: esta exhibición no tiene que ver conmigo y creo que es repulsivo que la gente pueda exhibir arte en las paredes sin permiso». Ya lo dijo hace unos meses a raíz de la exposición no autorizada «Stealing Banksy?».
Nueva York, cuna del graffiti contemporáneo, rinde homenaje al arte callejero con una colectiva en el museo de la ciudad.
Poca culpa tendrá el grafitero Banksy de que su arte callejero se lleve hoy los arrobos de admiración que hubieran merecido los paisajes de Constable o los cielos del Tiépolo