Mi amigo Dalmacio
«Dalmacio Negro, fallecido este lunes, era conservador, pero en sus obras como historiador de las ideas políticas se sometía siempre a la objetividad y el rigor»
«Dalmacio Negro, fallecido este lunes, era conservador, pero en sus obras como historiador de las ideas políticas se sometía siempre a la objetividad y el rigor»
«El riesgo de la amnistía es que se confunda con la legitimación moral de un bando en detrimento del otro; o con la liquidación de la legalidad vigente por unos votos»
«La más grave de las abyecciones de Pedro Sánchez, la subversión del orden democrático es ya un hecho, como lo es un país partido en dos»
«Para el PSOE actual -es decir, el hoy realmente existente- lo importante es gobernar y ello está por encima de cualquier escrúpulo moral»
«Toda la charlatanería sobre ‘valores éticos’ puede abocar, en unos casos, a relativistas morales; en otros, a meros moralistas y en otros, a fanáticos»
«No podemos decir, como escribió Milan Kundera, que nuestra democracia ha sido ‘secuestrada’ durante el estado de alarma, pero sí que se han acelerado algunas tendencias»
El 14 de abril de 1933, día de viernes santo, Kelsen estaba desayunando con su esposa, Margarette, en su domicilio de Colonia. Fue ella quien le avisó de que salía en el periódico: en aplicación de la Ley de Restauración de la Administración, el insigne catedrático era expulsado de la Universidad por su condición de judío. El decano de la Facultad de Derecho, Hans Niperday, elevó una carta al ministro prusiano de ciencia para que reconsiderara la decisión y aceptara de nuevo al profesor de Viena, que además se había nacionalizado alemán. Todo el claustro apoyó con su firma la carta, excepto Carl Schmitt, que por aquel entonces había recalado en Colonia pese a los reparos de Adenauer, alcalde de la ciudad.
No estoy seguro de que sea justo en general con el liberalismo en general, pero qué duda cabe que lo es con nuestros liberales, tan particulares. A C’s se le rompen las ideas por la mitad o por cuartos según el día y lo que antes les parecía centrado y razonable les suena ahora a locura extremista.
“Es soberano”, decía Carl Schmitt, “quien te está afeitando con una navaja de afeitar”. Si no decía esto, decía algo parecido.
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