
PPP
Con el nuevo Gobierno, rutilante, entusiasmante (adorable adjetivo que empleaban los socialistas en los fastos de 1992), ¡qué viejos se han quedado el PP y Podemos! Y qué nitidísimamente se ve ahora cómo se necesitaban el uno al otro. Ya se sabía, pero la novedad es esa: la nitidez con que se percibe.



































