Costa de Marfil

Un virus conocido como "el ébola de las plantas" asola los cultivos de mandioca africanos

Un virus conocido como "el ébola de las plantas" asola los cultivos de mandioca africanos

El “ébola de las plantas”, o virus de las marcas marrones, como tambien se le conoce, ha provocado pérdidas que suman casi hasta el 90-100% de los cultivos de mandioca infectados. Esta enfermedad, que se ha extendido en los últimos años desde el este de África a la zona central, podría generar una crisis alimentaria en el continente. Los investigadores temen que esta plaga siga avanzando y pueda diezmar la cosecha de yuca, una de las comidas más vitales del continente. 

Ciberactivismo africano: un ejemplo para todo el mundo

Ciberactivismo africano: un ejemplo para todo el mundo

La muerte en 2008 del presidente de Guinea-Conakry, Lansana Conté, que se mantuvo en el poder desde 1984 hasta ese mismo año, originó un conflicto político del que la sociedad civil no pudo quedarse al margen. La presidencia del país recayó en el entonces presidente de la Asamblea Nacional Popular (ANP), Aboubacar Somparé, que tenía la obligación de convocar elecciones en un periodo de 60 días. Sin embargo, seis horas después de la muerte del presidente Conté, un grupo de militares capitaneados por Moussa Dadis Camara tomó una emisora de radio para leer un comunicado en el que disolvían las instituciones republicanas, incluida la Constitución. Un golpe de Estado en toda regla. Asimismo, en el comunicado, Camara aseguró que se iba a crear un Consejo Nacional por el Desarrollo y la Democracia y se nombraría a un militar como presidente y a un civil como primer ministro, quedándose él mismo al margen de los comicios. No obstante, transcurrido un año, en el mes de septiembre, el militar anunció su intención de presentarse a las elecciones, prendiendo así la mecha del pueblo guineano, que veía peligrar su sistema democrático.

Un gran trasero, sinónimo de riqueza y salud en Costa de Marfil

Un gran trasero, sinónimo de riqueza y salud en Costa de Marfil

Según cuenta una vendedora del mercado de Treichville, el más grande de Abiyán, su mejor venta consiste en una milagrosa pomada ‘grossifesse’, también conocida como crema botcho. Compuesta de aceite de hígado de bacalao, miel y manteca de karité, su precio oscila entre los 23 y 38 euros la unidad, una fortuna en Costa de Marfil, donde gran parte de la población sobrevive con menos de un dólar al día y los salarios medios para un trabajador no superan los 100 dólares al mes. De lo que no son alertadas las compradoras es de los efectos secundarios y componentes extra que tiene el «agrandador» de glúteos. Un especialista en dermatología senegalés advierte que a menudo las pomadas contienen corticoides que pueden generar en diabetes, hipertensión e infecciones, incluyendo casos de coma.

Nestlé admite esclavitud en Tailandia, pero intenta entorpecer otra demanda que le acusa de esclavitud infantil en Costa de Marfil

Nestlé admite esclavitud en Tailandia, pero intenta entorpecer otra demanda que le acusa de esclavitud infantil en Costa de Marfil

“Los abusos laborales y de Derechos Humanos forzados no tienen cabida en nuestra cadena de suministro», reconoció Magdi Batato, vicepresidente ejecutivo de Nestlé, el pasado mes de noviembre. La compañía aseguró que estaba entrando en una nueva era de autocontrol de sus cadenas de producción. Ahora, Nestlé pretende desestimar una demanda que sostiene que la compañía instigó y secundó violaciones de Derechos Humanos al comprar cacao producido en Costa de Marfil. El Tribunal Supremo de EEUU ha rechazado la propuesta.

El expresidente de Costa de Marfil a juicio acusado de asesinar a 3.000 personas

El expresidente de Costa de Marfil a juicio acusado de asesinar a 3.000 personas

Los hechos se remontan a noviembre de 2010. El opositor Alassan Uattara vence en las elecciones, pero Gbagbo se niega a abandonar el poder que ostenta desde hace 10 años. Empieza entonces un espiral de asesinatos, violaciones y persecuciones que duró varios meses y que se han mantenido impunes hasta hoy. De este modo, se convierte en el primer expresidente juzgado en la Corte Penal Internacional en La Haya. Su mujer, Simone Gbagbo, ya fue juzgada en el país y condenada a 20 años de prisión.

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