«Debemos ser recelosos frente a las reivindicaciones y reconstrucciones del ideal de los derechos humanos que subordinan los derechos a los deberes»
«El sistema dual no sólo niega el derecho de todo niño a ser educado sin ser segregado, sino el de los demás niños no etiquetados como necesitados de ayudas especiales a ser educados con aquellos»
Como nunca estuvo muy claro qué añade la dignidad a los derechos humanos, con el tiempo, aquélla ha aspirado a ser el fundamento metafísico de estos
Cuando la violación de los derechos humanos por el régimen ‘x’ se justifica por simpatía ideológica, ¿sirve de algo recordar los datos? Las cifras y estadísticas de la Venezuela de Nicolás Maduro son tan incontestables y demoledoras que resulta inexplicable, por no decir obsceno, que aún haya alguien que alabe las conquistas de ese régimen e ignore el padecimiento de su población. El PIB del país se ha reducido a la mitad desde que Maduro accedió a la presidencia hace cinco años, una caída comparable a la de la Gran Depresión, su déficit público alcanza el 30% del PIB, se ha declarado insolvente para pagar su deuda exterior y los precios se multiplican por un millón al año, (una hiperinflación similar a la registrada en la Alemania de Weimar que precedió a la II Guerra Mundial).
Si la democracia está en crisis allí donde se ejerce, su idea como faro y destino de regímenes autoritarios o dictaduras económicamente eficaces se ha resentido de forma alarmante, si no definitiva. La desafección democrática en Occidente difícilmente acabará con ella, pero más peligroso para el futuro de nuestras sociedades es la renuncia de China no ya a ejercerla algún día, sino la desinhibición con la que muestra su tránsito acelerado hacia un régimen dictatorial, vigilante y, ahora, otra vez personalista. Hasta la llegada de la crisis, el consenso de los análisis veía muy probable la llegada a medio plazo de valores democráticos y liberales a un país donde la clase media crecía por millones cada año.
Me planteo en esta entrada qué decir a tenor de la elección de María Elósegui como jueza para el TEDH. Por conocimiento y afinidad profesional, habría preferido a Pérez de Nanclares, fino internacionalista que lleva años trabajando en el Ministerio de Exteriores.
Es justo el homenaje, el tributo de palomas al aire con tipografía de procesador de textos. Yo los he visto, qué sé yo dónde, en todos sitios. Algo así como los dioses, en todo el espacio y en todo el tiempo, omnipresentes; todopoderosos en según qué casos. Yo los he visto, y no puedo permitir el lujo de dudarlo, no me puedo permitir la sana convicción de la refutación y el ejercicio de la dialéctica, de la verdad sometida al juicio de las hipótesis y las suposiciones. Yo los he visto, qué se yo dónde, en todos sitios. ¿En quioscos, desayunos, manos anónimas en mañanas de domingos? No. El periodismo es mucho más que todo eso. Es mucho más que todo lo material y los ojos de la eterna realidad que nos rodea. Porque están también en la curia y en el ágora, en el discreto ruido de la auctoritas y la potestas, en la agria tonalidad de los despachos del poder, en las seductoras alcantarillas, agua bendita y estancada por sus venas, de las finanzas y sus más inverosímiles intereses. De las barajas de Bankia a los dados de los populismos, como Podemos. Porque son el mismo juego en distintas veletas.
¿Acaso piensas que en su cabeza pulula algún pensamiento que no sea el que genera la adrenalina en estado puro? Adrenalina es emoción, es libertad. Quisiera ser este hombre con forma de ángel para borrar de mi cabeza todo lo que no sea puro, fresco, provocado por la libertad.
Aburridos tras perder a sus hermanos, padres y amigos, estos niños deambulan por las calles disfrazados jugando a la guerra. A mí todos estos niños, usados como iconos de las guerras me ayudan a reflexionar hasta qué punto puede llegar la crueldad humana.