Tanto monta
Saúl le apartó la falda subiéndosela hasta dejarle la cintura visible y el culo mojado sobre la tierra seca
Saúl le apartó la falda subiéndosela hasta dejarle la cintura visible y el culo mojado sobre la tierra seca
«Tanta elocuencia genera en Amanda una leve incomodidad, una especie de conexión entre su erudición y el despertar de su ira»
«Desde atrás, Saúl parecía fuerte e imparable, ajeno al mundo que lo observa mientras corre»
«Así como la primera vez, aquella noche, una noche tonta…»
«La imaginé desnuda sin quererlo. Su cuerpo se desvelaba ante mis ganas sin contar con mi voluntad»
«Era él, era Saúl y su ropa, su tacto y su voz le hacían reconocible en la espera de la siguiente operación».
«Me abandoné a su voz y a sus ojos. Me puse en sus manos. Me entregué a él».
«Me haré un traje de su saliva y un collar con cada una de las gotas que escupa su pene volcánico»
La investigadora Soledad González Ródenas rescata en ‘Baladas y odas’ 52 textos inéditos del poeta en su juventud
«Cuando Saúl se me reveló con una sonrisa ante los ojos, se convirtió en Saúl, y yo no pude más que saber ser su perra»
«Saúl, con lujuria y violencia consentida plantó una semilla con dos dedos secos, muy dentro de mi ano hasta el corazón»
«Mira la mano de Saúl, sigue enroscada y tiesa, da entre risa y ganas. A pocos centímetros el coño de Amanda es una olla a presión»
«Despide al espíritu de los Amores Futuros para quedarse en un presente en el que poder seguir haciendo el camino»
«Los peces le husmeaban los pliegues de la vulva y picoteaban la rugosidad de su ano»
«Amanda explica en términos de usabilidad sus ganas de follar. Desde ahí, la oferta de ser follada como un coño útil»
«Amanda simula con sus labios un coño prieto, donde Saúl la penetra con la inmunidad de los no acomplejados»
«No se esperaba verle aquella tremenda erección. ‘¿Y esto?’, le preguntó con la inocencia de las curiosas»
«Sabía despertar mi despotismo y ahí, cumpliendo uno de mis deseos, con un poco de cabreo, todo me iba a funcionar mejor»
«Por unos segundos deseo que se envilezca, me agarre del pelo forzándome sobre sus rodillas y me ponga el culo morado de azotes»
«El sol me calienta las piernas y decido subirme la falda para sentirlo más. Cada rayo me arrulla, seduce e invita a acariciarme la cara interna de los muslos»
«Sus caricias eran magistrales, una llave maestra que abría cualquiera de mis puertas»
«Ella quiere morderle el cuello y penetrar sus orejas; chuparle cada lunar y cada pliegue»
A mí me gustaba retarle a través de mis incompetentes bailes de fulana lerda venida arriba»
«Callados, se miraron. Fuera, el mundo estaba lleno de acción pero ahí dentro, el tiempo se había parado»
«Pasaron los días lento para los amantes que tachaban los días del calendario para frotarse las narices en el encuentro»
«El saxofonista se aproximó con la cara arrugada, tomó la foto y sus ojos se le abrieron como platos»
«Durante estos días, no hemos dejado de tocarnos. Horas interminables de caricias que se repiten impacientes»
La bajada de los precios y la variedad de diseños han provocado este aumento continuado de las búsquedas
«Me deleitaba manteniéndome cerca, poniéndole aún más nervioso y le miraba retante y cachonda»
«Las bragas solían evitar que todo tocara ‘eso’ pero ahora, ‘eso’ lo tocaba todo y la sensación era sumamente gustosa»
«Nos adentramos en un naufragio de almohadas empapadas y besos frescos que ardían en nuestro rostro»
«Observaba desde el balcón, con una lata de cerveza, una falda de vuelo y un cigarro, la llegada del primer hijo»
«No imaginaba a Saúl embelleciendo mi cuerpo con pinceladas ornamentales color cacao»
«Saúl la miró aún hocicado entre sus piernas y Amanda se revolvía para zafarse de su boca»
«La mujer fea la desnudó y se amorró a su coño. Le preguntó si prefería por dentro o por fuera, una pregunta curiosa que jamás se había parado a pensar»
«Suma a su lista el arquetipo del fontanero, el electricista, el butanero o cualquiera de esas profesiones que llenan el silencio de las cocinas»
«Ya no sé quién fui antes de descubrir que tus manos son las que deseo que se deslicen por mi espalda o tu boca la que me bese en cualquier esquina»
«Se retaron con las miradas, no saben cuánto rato, y la polla resbaló hacia fuera con el empuje de la carne cruda y fuerte de Amanda»
«Saúl el de las fotos, el del bar, el chaval de bolso cruzado, ahora resbalaba sobre su clítoris con un ritmo que no frenó ni el badén sobre el que saltaron»
«En la cama, abrazados unas veces y despegados otras, musitaban sin palabras el gusto del uno por el otro, de cuando el tú y el yo se convirtió en nosotros»
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