«A uno le gusta el interior de los hoteles como le gusta el interior de las historias. Por ellos va pasando la vida y sólo se necesita estar ahí, desayunando o merendando, para tomar nota»
«La crítica literaria no es periodismo cultural, y que sea tan habitual confundirlos es una pequeña tragedia que sospecho que no se produce en otros países»
«La Historia, si pasa por debajo la ventana de casa, siempre es peligrosa»
«Creía profundamente en el ser humano, defendía la dignidad personal como un valor absoluto y tenía buen sentido del humor»
«El éxito de un ensayista es una aporía irresoluble: para que te respeten, tienes que ser un soso; para que te lean, tienes que ser un poco idiota»
«Quien fuera un aprendiz de joyero acabó puliendo diamantes de otro tipo, y nadie como él nos ha contado los descampados, el hambre con buen humor»
«Joan Perucho Gutiérrez (Barcelona, 1920-2003) vivió la guerra sin llegar a entrar en combate. Perucho fue un híbrido de franquismo y antifranquismo»
«Al igual que a la vuelta de un libro cuyo argumento nos ha defraudado, también en la realidad otras lecturas nuevas nos esperan»
La muerte de José Jiménez Lozano el pasado 9 de marzo nos ha privado a todos de un gran escritor y a algunos, entre los que me cuento, de un amigo y un gran maestro. A pesar de sus casi noventa años (le faltaban un par de meses para celebrarlos) él gozaba de todas sus facultades intelectuales y seguía demostrándonos hasta qué punto necesitábamos una persona como él, que nos recordara y explicara ciertas cosas de las que ya no se habla o de las que ya nadie se atreve a hablarnos.