No miren hacia otro lado: la culpa no es del videojuego
El reciente tiroteo en El Paso ha vuelto a levantar el debate: ¿en qué medida cabe responsabilizar a los videojuegos de estos sucesos?
El reciente tiroteo en El Paso ha vuelto a levantar el debate: ¿en qué medida cabe responsabilizar a los videojuegos de estos sucesos?
Es improbable que las divisiones en el Congreso permitan medidas importantes sobre control de armas
Dos tiroteos masivos en menos de un mes. El primero, el 22 de julio, terminó con la vida de dos personas; en el segundo, ocurrido este viernes, han muerto al menos cuatro personas. No se trata de Estados Unidos, donde es frecuente este tipo de sucesos, sino de su vecino del norte, Canadá.
Las preguntas se suceden. La generación del cambio ha hablado y ha llenado las redes sociales de frustración y dolor por las muertes de los tiroteos masivos que se suceden en Estados Unidos. En el país vive menos del 5% de la población mundial, sin embargo, más del 30% de las personas que perpetran tiroteos masivos son estadounidenses, según un vídeo publicado por el senador demócrata Bernie Sanders. Un artículo anterior de The New York Times, publicado poco después de la masacre en la discoteca gay Pulse, hacía una comparativa de las muertes por arma de fuego en Estados Unidos con las de otros países. En el caso de España, por ejemplo, determinaba que morir ahí por un arma de fuego era tan probable como morir en Estados Unidos por una «exposición al calor natural excesivo». Pero hay más, la tasa de homcidio por armas de fuego es 16 veces superior que la de Alemania
Una pequeña de 11 años de Virginia, Naomi Wadler, protagonizó uno de los momentos más comentados de la marcha contra las armas en Washington, celebrada bajo el lema «Marcha por nuestras vidas». Con un discurso interrumpido constantemente por aplausos, dedicó sus palabras a las mujeres afroamericanas que son víctimas de la violencia de las armas. De hecho, ya en su colegio decidió sumarse a la protesta de 17 minutos en memoria de las 17 víctimas mortales del tiroteo de Parkland. «Hola, me llamo Naomi y tengo 11 años», arrancó. «Mi amiga Carter y yo lideramos una marcha en nuestra escuela elementaria el día 14. Marchamos durante 18 minutos. Añadimos un minuto para honrar a Courtlin Arrington, una chica afroamericana que fue víctima de la violencia de las armas en su escuela de Alabama después del tiroteo de Parkland».
Una pequeña de 11 años de Virginia, Naomi Wadler, protagonizó uno de los momentos más comentados de la marcha contra las armas en Washington, celebrada bajo el lema «Marcha por nuestras vidas». Con un discurso interrumpido constantemente por aplausos, dedicó sus palabras a las mujeres afroamericanas que son víctimas de la violencia de las armas. De hecho, ya en su colegio decidió sumarse a la protesta de 17 minutos en memoria de las 17 víctimas mortales del tiroteo de Parkland. «Hola, me llamo Naomi y tengo 11 años», arrancó. «Mi amiga Carter y yo lideramos una marcha en nuestra escuela elementaria el día 14. Marchamos durante 18 minutos. Añadimos un minuto para honrar a Courtlin Arrington, una chica afroamericana que fue víctima de la violencia de las armas en su escuela de Alabama después del tiroteo de Parkland».
El Congreso de Estados Unidos vota esta semana una propuesta tanto del Partido Republicano como del Partido Demócrata para reducir el derecho de posesión de armas en Estados Unidos como respuesta a la masacre que el mes pasado dejó 25 muertos en una iglesia de Texas. La aprobación de la medida sería un motivo de celebración para los defensores de la restricción de la posesión de armas, pero ocurre que el Partido Republicano ha adjuntado a esa propuesta una medida que expande aún más este derecho en todo el país. Esta segunda medida, llamada Concealed Carry Reciprocity Act, es una de las prioridades de la Asociación Nacional del Rifle, el lobby de las armas en Estados Unidos.
I now see rifles in the hands of the lunatics of ISIL, shooting up into the air at the funerals of their brothers of faith, among children that do not aim at a can like we did when little, but rather at the heads of enemies; I see American teenagers buying home-delivered weapons with their PayPal accounts like a person buying pants or a video games, and they open fire at institutes and colleges, massacre after massacre.
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