
El hombre y la máquina
La tiranía tecnológica ya resulta ineludible. De momento, cualquier multa que reciba la señora imprudente la consideraremos poco rigurosa, que tampoco es necesario entusiasmarse con las vanguardias de la estupidez
La tiranía tecnológica ya resulta ineludible. De momento, cualquier multa que reciba la señora imprudente la consideraremos poco rigurosa, que tampoco es necesario entusiasmarse con las vanguardias de la estupidez
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