En su opinión, está claro que los conflictos sin resolver en muchos países están en el origen del alto precio pagado por periodistas que trabajan para informar al público en general sobre lo que está ocurriendo.
Afganistán ha sido el país más peligroso para realizar el trabajo periodístico con 10 reporteros muertos; le sigue Siria, con nueve periodistas asesinados. En tercer lugar, aparece México con ocho muertos, después Irak y Yemen con siete, cada uno. Cinco periodistas fueron asesinados en Guatemala, y cuatro en India, Pakistán, Turquía (donde dos reporteros sirios fueron asesinados por ISIS). Dos periodistas murieron en Filipinas, otros dos en Rusia, al igual que en El Salvador durante los seis primeros meses de 2016. Los países en los que ha perdido la vida un periodista durante este periodo de tiempo son Bangladesh, Brasil, Burkina Faso, Guinea, Honduras, Libia, Serbia, Estados Unidos, Somalia y Venezuela.
El PEC condena de forma absoluta estos ataques y hace un llamamiento a los gobiernos para que asuman sus obligaciones y lleven a los autores de estos crímenes ante la Justicia.