MyTO

Libros

Cultura | Literatura

  • Al fin una buena razón para frecuentar librerías

    A una librería no hay que ir (¡contra todo pronóstico!) a comprar libros. No, al menos, desde que el progreso nos permite comprar cualquier cosa en pijama y babuchas. Es cierto que el librero te recomienda buenos libros, pero, ¿no hay algoritmos de publicidad mucho más documentados (y con mucho más empeño)? La única diferencia es eso que se llama «el toque humano». Y no exageres: todavía existen los culturales y la crítica; y algún amigo lector tendrás, digo yo.

  • De librerías

    Uno no va a una librería como va a otro comercio; no compra un libro como compra medio kilo de manzanas. En el fondo, uno visita una librería, como cuando va al cine o pasea por un museo, con un propósito: en busca de la felicidad.

  • Rompiendo amarras

    Hay un libro de fotografías de André Kertész que se titula ‘Leer’, publicado hace poco en España por Periférica. En las imágenes aparecen hombres y mujeres, niños y viejos, occidentales y orientales, ya sea solos o acompañados, totalmente abstraídos delante de un trozo de papel, un periódico, un libro. Leen, y es como si de pronto hubieran desconectado. El mundo sigue su curso, pero la lectura los ha apartado y están ensimismados en otra parte. Secuestrados por las palabras, distraídos, enchufados a otra historia.

  • Fiebre lectora

    Hace un par de meses volví a leer. Fue «Patria» de Fernando Aramburu y me gustó mucho. Luego empecé a frecuentar librerías, robar ejemplares en casas de amigos y recuperar otros que había prestado. En ese montón estaba, decían, lo más prometedor de la literatura española actual. En una de esas obras, se incurría en dos errores de bulto en las primeras páginas. No diré el nombre. Lo que en la cinco era, pongamos, un triciclo, en la siete era una canoa. Es bien sabido que solo la realidad se puede permitir algo así, nunca una novela.

  • Las bibliotecas se mudan a Internet

    «A tu disposición más de 7 millones de documentos para consulta y descarga». Es lo que ofrece a los lectores el Ministerio de Cultura a través del Catálogo Colectivo de las Bibliotecas Públicas Españolas, una herramienta web que permite a los usuarios acceder a los contenidos de las 3.187 bibliotecas públicas de España en siete idiomas: español, catalán, euskera, gallego, valenciano, inglés y francés. La web da acceso a archivos que «incluyen los fondos bibliográficos al completo, y contemplan desde las últimas novedades editoriales, audiovisuales y documentos electrónicos hasta manuscritos, obras del patrimonio bibliográfico histórico e incunables», explica el Ministerio.

  • En nombre del pueblo

    «Como en otras partes de Europa, en un contexto general de crisis del liberalismo, el concepto de pueblo se iba convirtiendo en coartada de un nuevo autoritarismo que gobernaba en su nombre». Resulta difícil no advertir en esta apreciación de Juan Francisco Fuentes (Diccionario político y social del siglo XX español) una alta dosis de actualidad, bien que el autor habla de los años 20.

  • Devuelven a una biblioteca pública un libro prestado con 100 años de retraso

    El libro fue tomado prestado por la octogenaria Phoebe Webb a principios de 1917, y no lo pudo devolver ya que falleció dos semanas después de que la fecha de devolución se venciera el 6 de abril de 1917. Su bisnieto, Webb Johnson, lo encontró en un viejo baúl en 1996, pero no lo llegó a devolver porque pensó que la biblioteca ya no estaría interesada en él. No obstante, aprovechando la amnistía anunciada por este ente público de San Francisco, decidió que lo mejor sería devolverlo. “Disfruté realmente leyéndolo”, ha declarado ante medios locales, “por lo que pensé que los demás también deberían poder hacerlo”.

  • Debates de dominio público

    Que en esta primera semana del año era dura la competencia por el tema que nos mantendría ocupados durante siete días es innegable. Ahí estaba la Toma de Granada –tan tradicional su celebración como, creo que desde este 2017 recién estrenado, su cuestión y su polémica- y el vestido de Cristina Pedroche, quien encendía todo tipo de materias posibles: tangibles e intangibles, cuerpos y palabras. A ver quién, tomando la toma de la tangente, se colaba entre esas dos discusiones, carne de remix tuitero en el ruedo hispánico, con r de redes sociales. Del tema al toma, y del toma al tomo. De lomo, se entiende.

  • Eduardo Mendoza, premio Cervantes 2016

    Mendoza (Barcelona, 1943) inició su carrera literaria en 1975, con la publicación de La verdad sobre el caso Savolta, que recibió el Premio de la Crítica. Desde entonces ha publicado 15 novelas, dos libros de relatos, dos obras de teatro y cuatro ensayos. El premio Cervantes corona la lista de galardones a su obra, que incluye el Planeta, recibido en 2010 por Riña de Gatos, y el José Manuel Lara por Mauricio o las elecciones primarias, en 2007.

    Los últimos premios del Premio Cervantes son: Fernando del Paso (2015), Juan Goytisolo (2014), Elena Poniatowska (2013), José Manuel Caballero Bonald (2012), Nicanor Parra (2011), Ana María Matute (2010), José Emilio Pacheco (2009), Juan Marsé (2008), Juan Gelma (2007 ), Antonio Gamoneda (2006). España es el país que tiene más galardonados, 22; seguido de México, con seis; Argentina, con cuatro y Chile y Cuba con tres,

    El Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes es el máximo reconocimiento a la labor creadora de escritores españoles e hispanoamericanos cuya obra haya contribuido a enriquecer de forma notable el patrimonio literario en lengua española. La relación de autores premiados desde su primera convocatoria en 1975 constituye una clara evidencia de la significación del premio para la cultura en español. A este galardón puede ser propuesto cualquier escritor cuya obra literaria esté escrita, totalmente o en su parte esencial, en esta lengua.

  • El delirio del capitán Nemo

    Hola, me llamo capitán Nemo y soy grafomaníaco. Llevo más de 7 horas sin coger un bolígrafo. Hoy a las 9:33 de la mañana dejé de escribir. He venido aquí para poner punto final a esta condena infinita de la letra escrita. He sido capaz de escapar de la escritura y a la caligrafía. Soy miembro de la parte de La Résistance. Son 7 horas seguidas sin anotar nada. Sin esclavitud. Ni una palabra, ni una cita. Nada. Todavía siento ganas de sentir con mis dedos el tacto singular de mi moleskine. Echo de menos el tejido lineal de la caligrafía. No solo eso. Durante 7 largas horas no he tomado una fotografía. Nada de nada. Ni un selfie. No me he grabado ni siquiera para editar un recordatorio en el smartphone. Me aguanto las ganas de entrar a ese Bosque Sagrado que es Twitter y abandono el teclado. No escribo versos medidos ni comedidos. Hoy son las 16:16 del día 16 del mes 16 del año 16. No es fácil. Lo suponía. Lo estoy pasando mal. Me cuesta resistir. Un extranjero como yo, de insigne apellido, oh, Dios, no aguanto más y lo suelto. Recuerde conmigo al hijo aquel de Salamanca, Torres Villarroel, hijo de librero e ilustre poeta ilustrado, aunque bien parecido a aquel, sabrá ya, que yo no soy él. Don Diego fue lector de libros antiguos y rimador que escribió en el siglo diecisiete, lo que me recuerda que son ya más de siete horas, más de siete, las horas que llevo yo sin probar la textura del roce del pincel de tinta negra sobre el cándido papel.

  • 5.782 kilómetros km en silla de ruedas: una refugiada adolescente narra su periplo desde Alepo hasta Alemania

    Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Croacia, Eslovenia y Austria. Najeen cruzó una frontera tras otra en un viaje de 13 meses de la mano de traficantes que le costó más de 5.000 euros. Tras el periplo, ya desde Alemania, la joven ha presentado un libro autobiográfico que lleva como título su propio nombre. Najeen quiere probar que la canciller alemana, Angela Merkel, tenía razón al abrir las puertas de su país a los refugiados en 2015, y que el resto de Europa empiece a mostrar una necesaria dosis de solidaridad hacia personas que, como ella, se han visto obligadas a dejarlo todo huyendo de la guerra. Su historia de superación y lucha han provocado que sean muchos los que la consideren una heroína, entre los que se encuentra la paquistaní Malala Yusafzai, ganadora del Nobel de la Paz, quien dijo que la considera una fuente de inspiración. En su libro, Najeen narra su infancia en Siria, recopilando el relato de episodios de discriminación por su enfermedad y por pertenecer a la minoría étnica kurda. En autobiografía como adolescente, la joven describe la decepción y el terror sentidos al ver convertida la esperanzadora Primavera Árabe en una sangrienta Guerra Civil, vivida con especial crudeza en su ciudad, la asediada Alepo. En declaraciones recogidas por la agencia AFP, la joven ha compartido su visión y esperanzas: «La gente piensa en la crisis siria como algo que pasa muy lejos de ellos y de la cual no deberían hacerse cargo (…) Espero que este libro tenga un impacto, aunque solo sea en una persona».

  • Italia regala 500 euros a los jóvenes para gastar en cultura

    El funcionamiento de este bono es sencillo. Tan sólo es necesario descargar una aplicación en el smartphone, denominada 18 app, y obtener unas credenciales de acceso. Automáticamente, se ingresarán los 500 euros y la misma aplicación ofrecerá distintas opciones para invertirlos antes del 31 de diciembre de 2017, cuando vence la línea de crédito. En total, el Gobierno ha previsto que el «bono de la cultura» beneficiará a 574.593 jóvenes a lo largo de 2016 y dedicará a ello una inversión de 290 millones de euros. Aunque en un principio se había planteado que se dirigiera solo a los ciudadanos italianos, finalmente también lo disfrutarán los extranjeros que tengan un permiso de residencia permanente.

  • Al pie de la letra

    Leo una noticia publicada en The Objective sobre las ventajas del acto de leer. El pie de foto advierte al lector de la larga vida que le espera en el supuesto de que este insista en la extravagante manía de tener un libro delante. Un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad de Yale llega a la sana conclusión de que «leer alarga la vida». Los autores de dicho estudio dan a conocer los resultados en la revista «Science Direct»  bajo el título «a chapter a day» el cual  mantiene una semejanza inquietante con el proverbio inglés que comienza «an apple a day» y termina «keeps the doctor away». A la vista de los datos obtenidos, los científicos sostienen que leer un capítulo al día equivaldría a comerse una manzana y olvidarse del médico.

  • Imitadores de Hemingway

    Yo, que tiendo al idolismo con los autores (con algunos autores), nunca he sido de los de Hemingway. Apenas lo he leído y su figura tampoco la he admirado. Pero siempre ha estado ahí, y ante eso me rindo. Es una simple cuestión de fuerza, de fuerza suya: cómo su presencia se mantiene.

  • El Ateneo, la espectacular librería que antes fue un majestuoso teatro

    Por su escenario pasaron todas las grandes figuras de su tiempo, sobre todo Carlos Gardel, que se convirtió en asiduo para los espectadores que llenaban sus cuatro filas de palcos y las 500 butacas de su platea. A partir de 1929 el Grand Splendid se convirtió en un sala de cine, para en el año 2000 pasar a ser una majestuosa librería que en la actualidad alberga más de 120.000 libros, recibe cerca de un millón de visitantes al año y vende unos 700.000 ejemplares anuales.  La librería actual mantiene el esplendor del desaparecido cine-teatro, con la cúpula pintada, los balcones originales, la ornamentación intacta y hasta el telón de terciopelo. Varios sillones permiten a las personas sentarse a leer cualquier libro, sin obligación de comprarlo, tanto en lo que fuera el sitio de la platea como en los antiguos palcos, o en lo que fuera el escenario, que actualmente es un restaurante y posee un piano con el cual se ejecuta música para acompañar la lectura. En 2008 El Ateneo Grand Splendid fue nombrada la segunda librería más bella del mundo por The Guardian, después de Selexyz Dominicanen, una iglesia de 800 años convertida en librería en Holanda.

  • J.K. Rowling anuncia el octavo libro de Harry Potter

    La nueva entrega llegará a las librerías el próximo 31 de julio y será ambientada 19 años después de la batalla final en Hogwarts. El libro también contará las asperezas que debe enfrentar Potter, ahora que es un distinguido empleado del Ministerio de Magia, esposo y padre de tres niños. “Siempre es difícil ser Harry Potter y tampoco será más fácil ahora que es empleado del Ministerio de Magia, esposo y padre de tres hijos que estudian en el colegio”, ha dicho la escritora al respecto.

  • En la era del e-book los estudiantes prefieren libros de papel

    La lingüista norteamericana Naomi Baron, junto con sus compañeros de investigación, encuestaron a más de 300 estudiantes universitarios de Japón, Alemania, Eslovaquia y Estados Unidos. La conclusión del estudio reza que el 92% prefiere realizar lecturas serias, como novelas o estudios relacionados con sus clases, en libros de papel. Sin embargo, para lecturas más ligeras, como noticias o cualquier cosa con un gran componente visual, prefieren hacerlas a través de dispositivos electrónicos.

  • Eliminan todas las palabras de algunas obras clásicas de la literatura y éste es el resultado

    El proyecto llamado ‘Between the Words’ y llevado a cabo por Nicholas Rougeux, un diseñador y artista de Chicago, coloca la puntuación en forma de espiral comenzando de fuera hacia adentro y cerrando con una ilustración clásica en el centro. Nueve libros del Proyecto Gutenberg a los que ha despojado de sus palabras para mostrar el ritmo visual dentro de algunas obras literarias clásicas. Además, con este trabajo Rougeux ha descubierto que las comas y las comillas son los signos más usados.

  • El palacio sin libros

    Me da que esos ricachones ni saben vivir, ni beber, ni leer. Reto a cualquiera de ellos a superar mi nivel de felicidad cuando un viernes por la tarde disfruto de los últimos rayos de sol en el pequeño patio de mi casa, con un libro entre las manos y un licor de hierbas en la mesa.

  • Libros, libros, libros

    Puede que en un futuro no muy lejano el libro electrónico se acabe imponiendo, porque el progreso, como la enfermedad, no respeta nada. En realidad lo único importante es que los libros sigan existiendo, sea cual sea su formato.