
La sucesión, la guerra y el cuento de la bruja
Algunos se estarán planteando si no era mejor el dedazo, el cuaderno azul de Aznar un poco como el de Santa Claus. El jefe, moribundo o ya podrido como un rey con escrófulas, dejaba el partido en manos principescas, seguras, que continuaban la pinacoteca, la mitología y la mentira de la casa igual que la cocinera. Pero Rajoy se ha ido a su pisito de particular, ha vuelto a su trabajo pareciendo un autobusero, y ha dejado al PP no en un proceso refrescante de renovación, sino en una guerra sin fronteras, de indios contra indios. La guerra no era el plan, sin embargo.




































