No hay semana sin escándalo que ponga en la picota a un ministro de Sánchez. Desde Maxim esto es un sin vivir. Que si un currículo, un master, un plagio, una conversación antigua, un maricón, una nenaza, unos menoreros…. La cosa está que arde, pero es que los ministros de Sánchez están probando la medicina que suministra su presidente, el campeón en exigir a los demás aquello que él no cumple. Sánchez y sus socios pusieron el listón muy alto y ahora sus ministros no llegan y andan apurados. El último Pedro Duque, el astronauta silencioso, que las pasó canutas en una comparecencia bochornosa en la que dio hasta lástima. A él le han sacado un asunto de elusión de impuestos, utilizar una sociedad para evitar pagos a Hacienda, una conducta de la Que Pedro Sánchez dijo que era incompatible con estar en la política.
Lo de los másteres y los copies ya cansa. Pero todos sabemos que queda mucho, porque cada partido tenía su universidad de cabecera donde les daban el pase, la tesis y lo que fuera menester. Para ir prosperando ellos a costa de un sistema universitario y unos planes de estudios disparatados, y a costa de engordar sus currículos, porque ellos son muy de currículos, aunque no hayan currado en su vida, aunque solo sepan vivir del momio, eso sí, poniéndose estupendos y presentándose como gente respetable.
A la vista está que, sólo por la denominación de los másteres que están en cuestión en este curso politico, la Universidad patria va cuesta abajo y sin frenos. A títulos rimbombantes se añade una escasa cualidad intelectual, y unas autoridades académicas que no parece que vayan a ser bendecidas con un Nobel.
Más allá de la sombra del Máster amañado, Pablo Casado representa la voluntad de cierta higienización de la derecha española. En tiempos de macronismo y ‘juventud, divino tesoro’, el treintañero vicesecretario de Comunicación, aun perdiendo por exiguo margen la votación de la militancia frente a Sáenz de Santamaría, parece tener más posibilidades de presidir el Partido Popular que su principal rival político. En la votación de los compromisarios del partido en el congreso del 20 y el 21 de julio deberá buscar el apoyo de los delegados de Cospedal, Margallo y García Hernández. No hace falta ahondar en las explicaciones de por qué con Cospedal lo tendrá fácil.
Nuestro colaborador Fernando Hernández Valls reacciona a la noticia de la dimisión de la ya expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y analiza quién está detrás de las filtraciones que han terminado con su carrera política.
Ayer empecé una nueva serie de abogados made in USA titulada For the people (Por el pueblo). El título ya da todas las pistas. La cosa va de unos jovencísimos y preparadísimos abogados y fiscales de Nueva York que se incorporan al mítico juzgado federal donde fueron condenados los Rosenberg, apodado “The mother court”. Allí llegan los casos más épicos del estado, con lo que imagínense el proceso de selección y la brillantez de estos chavales para alcanzar semejante sueño. La cosa empieza con todos ellos jurando la constitución americana y después, unos se incorporan al turno de oficio y otros a la fiscalía del estado. Aunque ya estoy muy mayor para este tipo de series tan, tan, tan idealistas, en las que los aguerridos y preparadísimos letrados sueltan épicos discursos sobre la libertad de expresión y el modo de vida americano, quise probar a ver. Ya me había leído todos los nuevos giros del mástergatecifuentino y necesitaba ficción fresca a la que hincarle el diente.