Borno, considerado el granero de Nigeria porque sus inmensos campos de cultivos daban de comer al país, se ha convertido tras siete años de insurgencia del grupo armado Boko Haram, en un erial, en un terreno en el que los campos han quedado arrasados y abandonados. Este será el tercer año sin cultivos en la región, y si no se actúa ya, la hambruna puede ser devastadora. Desde Médicos Sin Fronteras llevan años advirtiendo de las graves consecuencias que esta situación tendría para los habitantes de la zona. Ahora, la falta de alimentos está provocando la muerte de cientos de personas cada día.
Isabelle Mouniaman, responsable de operación en Médicos Sin Fronteras en Nieria, asegura que la organización lleva dos años dando la voz de alarma y lamenta que las organizaciones dependientes de la ONU no hayan actuado. «Hemos llamado a la ONU, a la sede de Unicef, a la FAO y a otras agencias y sus respuestas han sido siempre las mismas: ‘Sí, estamos haciendo esto y aquello’…pero no puedes sentirte satisfecho sólo instalar equis número de letrinas, entragar no sé cuántas bolsas de alimentos cuando la gente se está muriendo. No es suficiente», ha dicho al diario The Guardian. “La Cruz Roja está haciendo su trabajo; MSF está haciendo su trabajo, pero la gran parte de las organizaciones humanitarias están fracasando en sus responsabilidades en relación con la crisis en Borno».