El pequeño muro, construido a partir de 52 bloques de cemento, muestra de forma simbólica los efectos económicos que supondría limitar la inmigración y las consecuencias que el cierre de fronteras tendría para la agricultura, la industria y la vida doméstica estadounidense. En el muro, cargado de significado, aparecen un póster del candidato republicano, frutas, flores, artículos de limpieza y otros artefactos que representan los sectores que se verían afectados de llevarse a cabo la idea de Trump. Además, tomando al pie de la letra la idea sugerida por el polémico candidato, que aseguraba que para la construcción del muro recibiría pagos por parte del Gobierno de México, los artistas han enviado una factura por valor de $14,635.42 en concepto de materiales y mano de obra al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto. El proyecto se hizo sobre la marcha pero legalmente, ya que los artistas obtuvieron permiso por parte del propietario del terreno donde han construido el muro; aunque lo más curioso es que, tal y como recoge el New York Times, dicho propietario asegura que votará al candidato del que se burla el muro que él mismo ha permitido erigir: Donald Trump.