7 pioneras españolas e iberoamericanas fundamentales para una adolescente feminista
Dos libros recuperan las figuras hispanohablantes esenciales del feminismo para acercarlas al público joven
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Fin de semana trágico. En las últimas 48 horas tres mujeres han sido asesinadas, lo que eleva a 28 el número de mujeres fallecidas por violencia de género.
Subir al metro y ver que uno de los asientos tiene forma de cuerpo masculino, y un objeto que sobresale con forma de pene. Ah, una cosa: está exclusivamente reservado para hombres. Esto es lo que ha ocurrido en el suburbano de la Ciudad de México para luchar y concienciar sobre el acoso continuo que sufren las mujeres en el transporte público.
El próximo 8 de marzo, las mujeres españolas se unen a las de medio mundo al convocar una huelga femenina. Organizaciones feministas de todo el territorio nacional han convocado un «paro de empleo, cuidados y consumo» de media hora que comenzará a las doce del mediodía del próximo Día Internacional de la Mujer, para sumarse a la huelga convocada a nivel mundial desde el movimiento argentino #NiUnaMenos. Las distintas coordinadoras feministas de las comunidades autónomas tienen sus propias agendas de movilizaciones, aunque no todas incluyen esta forma de paro.
El otro día, un espontáneo de Twitter se enfadó conmigo por entrevistar a Jorge Cremades y lanzó a los cielos una cuestión: qué le habrán hecho los hombres -ojo, en bruto, ¡en bloque!- a la tal Lorena G. Maldonado para asediar a un varón así, con tamaña inquina. Yo pensé en contarle cuánto amo a Berni, el camarero del bar al que vamos algunos compañeros y yo los jueves al salir del trabajo -que nos abastece de tortilla y copas, nos deja fumar cuando se va su jefe y nunca mira el reloj-; e inmediatamente me atropellé y quise explicarle de qué modo amo también a Cortázar cuando recita Dadora de playas, con sus ojos separados de extraterrestre o de pez y su voz abriéndose paso por huecos de mí que no existen.
Un vecino de la localidad de Villa Bonita alertó a la Policía tras encontrar a una mujer moribunda, pidiendo auxilio, en una carretera secundaria. «Tenía los pantalones por la rodilla y una rama hendida 30 centímetros por vía anal”, ha dicho la policía. Irma agonizó durante horas antes de morir. Su hermana, Mabel da Rocha relató las últimas horas de su hermana, las que pasó hospitalizada: «Gritaba como un animal de dolor. Eso no se me va a ir nunca […] Tenía sangre en la cara, toda golpeada. Le dije ‘Irma te amo, poné fuerza’. Ella me dijo ‘no puedo más».
Hace tiempo que la sociedad argentina, especialmente las mujeres, se ha levantado contra los incesantes feminicidios que ocurren en el país. En Argentina, una mujer es asesinada cada 30 horas por violencia machista. La iniciativa #NiUnaMenos ha llenado tanto las redes sociales como las calles. El crimen atroz de la joven Lucía Pérez fue el detonante de una ola incontenible de rabia, que se tradujo en una masiva manifestación en la capital porteña. Hace tan sólo unos días, el país volvía a vivir la misma conmoción tras el ataque sufrido por una niña de 14 años, que fue drogada y brutalmente violada tras ser engañada por una amiga. El caso de Irma Ferreyra da Rocha puede ser tan sólo uno de tantos, pero refuerza las reivindicaciones que piden acción contra el feminicidio de una vez por todas.
Tras ser engañada por una amiga, la joven visitó la casa de uno de los chicos donde fue obligada a tomar una mezcla de alcohol y pastillas que dejaron su cuerpo sin fuerza ni capacidad de defenderse. Entre gritos de socorro, fue violada de forma múltiple por cuatro de sus compañeros del colegio. Un hombre que escuchó desde la casa de enfrente las llamadas de auxilio de la víctima, acudió a su llamada y transportó a la joven al hospital más cercano. Además de los daños físicos sufridos como consecuencia de la violación, la víctima muestra ataques de pánico y según declaraciones de su madre recogidas en medios locales, no quiere salir de casa ante el miedo de encontrarse con aquellos que la forzaron a mantener relaciones sexuales sin su consentimiento. En el día contra la violencia machista, noticias como ésta demuestran que aún queda mucho por hacer para erradicar esta pandemia que cada día afecta a mujeres y niñas de todo el mundo.
Mariana, Silvia, Mirella, Isabel, Lucinda, María, Lisa, Ascensión, Ana, Paqui, Soraya, Victoria, Silvia, Tatiana, María del Carmen, Cristina, Yolanda, Rosario, Marina, Lucía, Jana, Aránzazu, Teresa, Karla, Alexandra, Carmen, Benita, Arantza, Juene, Flori, Ada Graciela, Estefanía, Jaqueline, Celia y Juana, son sólo algunas de las mujeres que este 25 de noviembre no podrán participar en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres que se conmemora en todo el mundo.
La imagen de Marcos Brindicci es bellísima, en una de las ciudades más apasionantes del planeta. El obelisco. El cielo gris oscuro, casi negro. Miles de paraguas para protegerse de la lluvia con un colorido apagado por la luz tenue de una mañana triste. Buenos Aires el “miércoles negro” que retumbó, sí, en todo el mundo. Los argentinos en la calle no contra el Gobierno, ni contra la corrupción rampante, ni contra los golfos apandadores que se lo llevan. No. Esta vez la multitud gritaba contra los asesinatos de mujeres, el feminicidio, y el lema es brillante: “Ni una menos, ni una menos”. Porque son muchas, en todo el mundo. Un éxito de la convocatoria. Al mediodía, miles de mujeres abandonaron una hora sus trabajos para protestar empapadas de dolor y de agua.
#NiUnaMenos, #VivasNosQueremos, #MiércolesNegro. Latinoamérica protesta en contra de la violencia machista, el femicidio y la desigualdad de género.
Antes de la manifestación, el colectivo #NiUnaMenos había hecho un llamamiento para que todas las mujeres argentinas abandonaran sus puestos de trabajo al mediodía durante una hora. La convocatoria fue un éxito rotundo. Miles de mujeres, muchas de ellas vestidas de negro, se dejaron ver por la calle a la hora citada. En las pancartas podían leerse mensajes tremendamente claros. «Vivas nos queremos». «A mi agresor no le preguntaron cómo se vestía». «Disculpen las molestias, pero nos están matando». Palabras que demuestran el dolor y la conmoción ante una lacra sanguinaria, que en Argentina acaba con la vida de una mujer cada 30 horas. En lo que va de año han sido asesinadas 226 mujeres en el país.
El colectivo Ni una Menos ha convocado una movilización que no tiene antecedentes en la nación. Los convocantes llaman a las mujeres de toda Argentina a suspender cualquier tipo de actividad durante una hora, entre las 13 y las 14 horas de este miércoles. «En tu oficina, escuela, hospital, juzgado, redacción, tienda, fábrica o donde estés produciendo, para una hora para exigir ‘Basta de violencia machista, vivas nos queremos'», asegura la convocatoria. Según los organizadores, «la idea de parar apunta también a visibilizar el aporte de las mujeres a la economía productiva y las desigualdades que aún existen en cuanto a la posibilidad de desarrollo laboral y profesional». Además del parón, los manifestantes marcharán del Obelisco de la avenida 9 de Julio hasta la Plaza de Mayo, donde se ubica la Casa Rosada, sede del Gobierno nacional. Allí tendrá lugar un acto central donde se leerá un manifiesto. Los culpables de este atroz crimen, Matías Farías, de 23 años, y Juan Pablo Offidani, de 41, están imputados de abuso sexual seguido de muerte. Además en las últimas horas, la policía ha detenido a un tercer sospechoso, Alejandro Alberto Masiel, acusado de haber intentado encubrir el feminicidio.
El caso de Lucía Pérez ha sobrecogido al mundo por su crueldad y se ha convertido en el nuevo símbolo de los feminicidios. Tras la muerte de Lucía el pasado 8 de octubre, otras dos mujeres fueron asesinadas a las afueras de Buenos Aires. En Argentina muere una mujer cada 30 horas por violencia de género, según cifras oficiales.
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