Para Kureishi la responsabilidad del escritor es ser irresponsable, provocar y cuestionar. Considera que escribir no es hacer terapia sino fabular, a pesar de lo cual escribe sobre lo que en cierta medida conoce para desdibujar certezas en el camino.
Otro día estaba sentado en la calle cerca de un grupo de adolescentes. No creo que llegasen a los 15 años. Se partían todos de risa aplaudiendo a uno de ellos, que explicaba cómo había cortado en tres ocasiones con su pareja.
Cuando se trata de vidas, me duele. Que siete niños mueran en una incubadora por falta de oxígeno parece de película de terror. Si fuera por falta de algún medicamento extraño o algo similar, seguiría siendo inconcebible.
Hay muchas diferencias culturales entre pueblos pero ya sea en León, Perú o Pakistán existen trabajadores que deberían ser condecorados todos los días. Existen personas que malviven para que otros puedan regocijarse en su silla de oro.
Hay noticias inquietantes, estremecedoras, vomitivas. Una chica paquistaní de 20 años fue violada por tres hombres, asesinada y colgada de un árbol. Supongo que esa exhibición final fue para que sirviera de aviso a las demás mujeres de la localidad.
La Biología sintética, los viajes de turismo espacial, la nanomateria o el estudio de los neutrinos son solo unas pocas muestras de un desarrollo tecnólogico y científico del ser humano que parece no tener fronteras.
Me asustan algunas realidades, me hieren profundamente y, más allá de sacarme la ira, me cubren de estupefacción ante la impotencia de cambiar las cosas a ritmo de chasquido de dedos. Hay imágenes que te embriagan de belleza.
La joven había acudido al tribunal para argumentar que se había casado por su propia voluntad… Éste ha sido su terrible crimen, decidir por ella misma a quién amar, y tomar las riendas de su propia vida.
La utilización de niños como reserva terrorista, carne de cañón o escudos humanos no es raro entre islamistas de variado origen. A diferencia de la obsesión de las democracias occidentales por proteger civiles, el yihadismo tiende a convertirlos a todos en armas contra el enemigo.