Un nieto de Somerset Maugham
«Los expatriados, los artistas, los ricos y sus escenarios abundan en las páginas de ‘Los lagartos divinos’ de Enrique Juncosa, y disfrutan o malgastan su libertad»
«Los expatriados, los artistas, los ricos y sus escenarios abundan en las páginas de ‘Los lagartos divinos’ de Enrique Juncosa, y disfrutan o malgastan su libertad»
«ChatGPT no acabará con los escritores; quizá sí con los más mediocres. Para los que consideran que lo más importante es la trama puede ser una amenaza real»
«Ojalá los madrileños, sean esos quienes sean, se mantengan ajenos a esta fiebre identitaria. Manténganse libres, manténganse a salvo»
‘El estilo de los elementos’ cuenta la vida de un niño en el entorno intelectual de izquierdas del Buenos Aires de los 70
Búsqueda y liberación en la última novela del autor argentino, ‘La naturaleza secreta de las cosas de este mundo’
«Hacía ya muchos meses que no me topaba con una novela seria. Se llama ‘La naturaleza secreta de las cosas de este mundo’ y su autor es Patricio Pron»
Con ‘Mañana tendremos otros nombres’, Patricio Pron no solo ha ganado el Premio Alfaguara 2019, sino que ha dado un giro en su narrativa.
Me sumergí hace unos días en la lectura de La hija de la española, esa novela de la que todo el mundo habla y a la que ya acompaña el éxito aun sin haber echado a andar. Este triunfo en la prepublicación se explica desde muchos puntos de vista: la fiabilidad de su autora, Karina Sainz, a quien cualquiera que tenga metido los pies mínimamente en el barro del periodismo literario ya imaginaría siendo la gran novelista que ahora es; una sinopsis que deja a uno clavado sobre la cubierta del libro sin armas para negar su compra; el desarrollo de dicho argumento, muy rápido en su explosión, sin tiempo para medias tintas (de hecho, si he de ponerle algún pero a la novela es también ése: echo en falta cien paginillas más); y un contexto político y social que acompaña a la mímesis contextual que Karina dispone. Todo ello, claro, haría que hasta un ciego invirtiera en un producto editorial así.
Martín Caparrós lo explicó en su obra Lacrónica (Círculos de Tiza, 2015): «En Estados Unidos lo habían definido como nuevo periodismo o periodismo narrativo; a mí me gustaba pensarlo como buen periodismo, el que me seducía. Pero la idea estaba más o menos clara: retomar ciertos procedimientos de otras formas de contar para contar sin ficcionar. Es la máquina que fueron afinando, desde fines de los cincuenta, en distintos lugares de América Latina, Rodolfo Walsh o Gabriel García Márquez o Tomás Eloy Martínez o Carlos Monsiváis o Elena Poniatowska; es lo que armaron, con mayor capacidad de etiquetarlo, en Estados Unidos Truman Capote o Norman Mailer o Tom Wolfe o Gay Talese. Usaron, sobre todo, las formas de ciertos subgéneros americanos: la novela negra, la novela social de los años 30: mucha acción, mucho diálogo, palabras corrientes, frases cortas, ambientes oscuros».
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