Piña y espaguetis en la pizza ¿sí o no?: el debate se reabre
El primer ministro de Nueva Zelanda ha revolucionado a las masas añadiendo a la pizza espaguetis.
El primer ministro de Nueva Zelanda ha revolucionado a las masas añadiendo a la pizza espaguetis.
Estos grupos han pedido que el traslado del conocido como “el oso más triste del mundo” sea permanente. Devolverlo al centro comercial sería “cruel y descorazonado”, ha dicho Peter Li, activista en la organización Human Society International, que ha añadido que “ninguna renovación podría hacer nunca de un centro comercial un lugar adecuado para un animal”.
El acuario, que anunció el traslado en su cuenta de WeChat, ha afirmado que seguirá abierto durante la ausencia de Pizza. Pero no ha dicho durante cuánto tiempo se prolongará su estancia en el zoo de la ciudad de Tianjin donde nació hace tres años. Desde que se dio a conocer esta historia, casi un millón de personas han firmado una petición para que se cierre el acuario Guangzhou.
Por azar objetivo, he empezado a releer ‘La Realidad y el Deseo’ el 21 de septiembre, sin saber que era el día del aniversario de Luis Cernuda (21-IX-1902). La semana pasada releí también (¡con Cernuda todo en mí son relecturas ya!) su autobiografía poética ‘Historial de un libro’, uno de los textos más limpios y hermosos de nuestro siglo XX, que sitúo –muy alto– en el canon de la prosa en español. Cuando uno lee a Cernuda renueva su admiración hacia él. Admiración que, por otra parte, se mantiene cuando uno no lee a Cernuda. Además de su obra, fue admirable el hombre: íntegro, ejemplar.
El oso se dio a conocer el pasado mes de julio, tras difundirse unas imágenes de video donde se le podía ver encerrado en un recinto azul, acostado o sentado. Hasta medio millón de personas llegaron a firmar la petición de la Fundación Animales Asia para cerrar el acuario del centro comercial Grandview en Guangzhou, donde también hay ballenas beluga, morsas, un lobo y zorros árticos. La indignación y la presión mediática llamaron la atención de Project Polar (Proyecto Polar), una organización británica que ha propuesto trasladar a Pizza al Yorkshire Wildlife Park, un centro que tiene expertos y un espacio acondicionado especialmente para la estancia de estos animales. Además, estará acompañado por otros cuatro osos polares.
Los dueños del centro comercial en Grandview no han respondido aún al ofrecimiento, pero en el pasado sí reconocieron públicamente que estaban “sorprendidos» por la reacción internacional desatada por las imágenes de Pizza y pidieron a la organización Fundación Animales Asia que los asesorara para mejorar los espacios y el cuidado de los ejemplares que mantienen en cautividad. La propuesta no ofrece ninguna compensación o pago por el animal porque no se desea promover la venta de la vida silvestre, aseguraron las autoridades del Yorkshire Wildlife Park.
Los osos polares son especies en peligro de extinción y especialmente vulnerables a los cambios en su entorno inmediato.
«Vamos a eliminar tareas aburridas, repetitivas, peligrosas, y vamos a liberar a personas para que hagan cosas de mayor valor», explicó el cofundador de Zume Alex Garden, un exdirectivo de Microsoft y presidente del estudio de juegos móviles Zynga Studios. En Silicon Valley y otros lugares, nuevas empresas tecnológicas fabrican robots para hacer hamburguesas gourmet y BistroBot, otra firma de San Francisco, ha diseñado una máquina que prepara sándwiches ante la mirada de los clientes.
La automatización del trabajo se está introduciendo en uno de los sectores que más empleo genera en Estados Unidos: los restaurantes de comida rápida. Un avance que podría poner en peligro los puestos de trabajo de miles de personas. Los fundadores de Zume señalaron que la empresa no tiene previsto eliminar a ninguno de sus aproximadamente 50 empleados, sino trasladarlos a nuevas tareas conforme los robots asumen más labores de cocina y la empresa abre nuevos locales. «Siempre habrá un modelo aquí en Zume en el que robots y humanos trabajan juntos para crear comida deliciosa», aseguran.
Sin embargo el ex CEO de McdDonald Ed Rensi ya advirtió que sería más rentable comprar un robot que pagar salarios a personas con puestos insignificantes. «Es más barato comprar un brazo robótico que contratar a un empleado ineficiente que gana 15 dólares la hora por embolsar patatas fritas’.
Dime cómo te comes la pizza y Francesco’s te dirá como eres. Está claro, en el mundo existen dos tipos de personas: las que se comen el borde de la pizza y las que no. Enfrentadas desde el origen de los tiempos de este placer gourmet, allá por el siglo XVII.
La tecnología militar casi siempre acaba llegando a los civiles. Tal vez esta portentosa pizza de aspecto discutible sea algún día igual de eficiente para alimentarnos como las sardinas en escabeche.
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