Mañana con sol perpendicular en los merenderos de Cumbres Verdes, Sierra Nevada. Se está la mar de a gusto, aquí. Hay más árboles que gente y mis hijos dilapidan su energía fuera del piso, lanzando al aire alpino sus voces. Las frondas trafican pájaros, y a escasos metros de donde nos encontramos unas chicas de no más de quince años se fotografían tras un refugio de montaña. Semidesnudas. Me ven pasar y no se esconden. Siguen a lo suyo, desvergonzadas. Yo me froto los ojos por si estoy soñando. Será que me hago viejo, pero cerca del mediodía, en un lugar público, y con ese impudor.
Eso es como decir que las películas policiacas incitan al asesinato, ¿no les parece? 50 sombras de Grey ha llamado tanto la atención por ser una historia atrevida que habla de forma explícita de sexo.