Según la televisión estatal, los militares han declarado la Ley marcial y el toque de queda en todo el país. «Se trata de un grupo dentro del Ejército que se ha alzado», ha dicho el jefe de gobierno, Binali Yildirim, quien ha admitido que esos militares han «rodeado algunos edificios importantes». «Quienes lo han hecho pagarán un alto precio. No haremos concesiones en la democracia», ha prometido. Según informan medios locales, Erdogan habría abandonado el país en su avión presidencial. Él mismo ha animado a la gente a salir a la calle para protestar contra el golpe. Lo ha hecho en una entrevista a través de una videollamada. Miles de anti golpistas han llenado lugares como el aeropuerto de Atatürk o la emblemática plaza Taksim. Este levantamiento ha provocado intercambios de disparos entre los defensores del gobierno y los golpistas. En Estambul ha habido heridos en un enfrentamiento entre soldados y manifestantes contrarios al golpe de estado, según han informado las emisoras turcas.
Varias unidades de la Gendarmería han cerrado los dos puentes sobre el Bósforo en Estambul, impidiendo todo tráfico de la parte asiática a la europea de la ciudad. Asimismo, el aeropuerto de Atatürk ha sido cerrado. Según la agencia turca Doga, numerosas ambulancias se han desplazado hasta el cuartel central del Estado Mayor donde, según varios testigos, se han oído tiroteos. Según el diario digital T24, el edificio donde se halla el centro de los servicios secretos turcos ha sido tiroteado desde un helicóptero.
El último golpe de estado en Turquía tuvo lugar en 1997. El entonces primer ministro, Necmettin Erbakan, dimitió como consecuencia del golpe.