Refrescos

La OMS apoya un impuesto del 20% a las bebidas azucaradas

La OMS apoya un impuesto del 20% a las bebidas azucaradas

La medida impositiva está respaldada por la evidencia científica. Según el documento Fiscal policies for Diet and Prevention of Noncommunicable Diseases (NCDs) de la OMS, la puesta en marcha de un impuesto de al menos el 20% para las bebidas azucaradas provocaría «una reducción proporcional en el consumo de este tipo de productos». Países como Francia y México han adoptado fórmulas para disminuir la ingesta de refrescos con azúcar añadido a pesar de las fuertes presiones de la industria. Precisamente, este lunes se ha conocido que Coca-Cola y Pepsi  pasaron cuatro años -de 2011 a 2014- patrocinando fundaciones y organizaciones de salud y haciendo lobby contra propuestas legislativas encaminadas a reducir el consumo de refrescos azucarados, que está especialmente relacionado con la obesidad y la diabetes tipo 2.

Al margen de lo que mucha gente piensa, no se necesita ningún tipo de azúcar en la dieta. La OMS aconseja que si las personas consumen azúcares libres mantengan su ingesta por debajo del 5%, es decir, menos de 25 gramos diarios. Por ejemplo, un refresco de Coca-Cola o Pepsi contiene por cada lata de 330 mililitros, aproximadamente 39 gramos de azúcar, lo cual es equivalente a casi 10 terrones de azúcar. Según la OMS, la reducción de la ingesta de bebidas azucaradas ayudaría a salvar vidas. En el año 2014 el 39% de las personas mayores de 18 años tenían sobrepeso y de que entre los años 1980 y 2014 se duplicó la prevalencia de hombres y mujeres con obesidad. Además, en el año 2015 unos 42 millones de menores de 5 años tenían sobrepeso u obesidad.

Coca-Cola, acusada de financiar el terrorismo en Colombia

Coca-Cola, acusada de financiar el terrorismo en Colombia

“La hostilidad de la transnacional de bebidas se inició en mayo de 1992, cuando el Gerente de Coca-Cola, José Gabriel Castro, acusó públicamente a los trabajadores y al sindicato de ser agentes de la guerrilla”, recuerda el diario colombiano El Ciudadano. En 1994 fue asesinado el sindicalista José Manco David en la planta de Carepa. De esta forma comenzaba una seguidilla de muertes de las que, según una denuncia hecha por los propios trabajadores, la empresa fue cómplice. Desde principios de los 90 hasta principios del 2000, nueve dirigentes sindicales de las plantas embotelladoras de Coca-Cola en Colombia fueron asesinados por fuerzas paramilitares. Ante la falta de respuesta de la Justicia colombiana, los trabajadores de Coca-Cola presentaron una demanda en Miami ―donde está la sede de la multinacional― en el año 2001. También se llevó a cabo una campaña de boicot internacional poniendo de relieve la connivencia de Coca-Cola con los paramilitares. Sin embargo, la empresa se desligó de los crímenes y aseguró que no tenía nada que ver con lo que se hacía en las plantas embotelladoras de Colombia.
Por su parte, Laura Capote, portavoz de la organización popular colombiana Marcha Patriótica, ha explicado a RT que “más allá de Coca-Cola, es tremendo cómo el capital privado y las multinacionales han financiado y promovido el conflicto armado en Colombia”, y añade: “Hace poco salió el informe de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, donde se señalan más de 50 empresas que han colaborado con grupos ilegales durante el conflicto armado”. Colombia es uno de los países donde ejercer el sindicalismo te puede costar la vida. Entre 2011 y 2015 fueron asesinados 105 dirigentes gremiales, según la Escuela Nacional Sindical –ENS–.

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