Esto de que quieran ahora ‘animar’ la Cuesta de Moyano no me hace mucha gracia, la verdad. Las ciudades han de tener también un sitio para el desánimo, y en Madrid la Cuesta de Moyano cumplía estupendamente la función.
Nos encontramos de nuevo ante una tragedia ferroviaria que, aunque de menores dimensiones que un tifón o un terremoto, se podría haber evitado
Se trata de que la hija del torturado y la del torturador disputan la primera magistratura en un escenario en el que los golpistas todavía no han pedido perdón a sus víctimas