Que viene el lobo
«Me pregunto qué podría haber hecho Francia para cortar las alas a la extrema derecha. ¿Habían caído los medios franceses en la trampa del clic con Le Pen?»

«Me pregunto qué podría haber hecho Francia para cortar las alas a la extrema derecha. ¿Habían caído los medios franceses en la trampa del clic con Le Pen?»
Después de mucha demora el ex presidente francés Nicolas Sarkozy sigue ahora los pasos de Jacques Chirac y se convertirá en el segundo presidente de la V República francesa en ser llevado a juicio, en ambos casos por manejar el dinero con excesiva y fraudulenta desenvoltura. Este hecho ¿honra o deshonra a las altas instituciones de gobernación del país vecino? ¿Quedará maltrecha su noción de la “grandeur” que tan cara le es, o saldrá de este mal viaje reforzada?
“Cuando se niega la nación, estalla Europa. Y Europa hoy está profundamente enferma […] la nación sosiega; la frontera apacigua […] Los musulmanes deben sentirse interpelados por los crímenes terroristas cometidos en su nombre […] el Estado de Derecho es muy simple: cuando hay dudas sobre alguien es mejor encerrarlo para comprobar su peligrosidad antes que dejarlo en la calle y que pueda hacer estallar una bomba […] siglos de historia crean una identidad y los pueblos no cambian. Las características estructurales de los pueblos no cambian a través del tiempo.” El autor de estas palabras no es un fascista de los años treinta; tampoco es Ernest Renan, teórico francés del nacionalismo y autor del famoso discurso “¿Qué es una nación?”, que escribió que la nación es “un alma, un principio espiritual”.
Sarkozy es el único político capaz de derrotar a Marine Le Pen. Antes de hacerlo, tendrá que sortear las puñaladas de su propio partido, que dejó convenientemente dividido al marchar.
El activismo amoroso de los franceses se ve multiplicado por el efecto viagra del Elíseo. El lugar es céntrico y la bodega acompaña.
Tengo para mí que Hollande es gafe. Y eso que no soy supersticioso porque da mala suerte.