Primero, la Academia Sueca se vio incapaz de contactar con Dylan para comunicarle directamente la decisión de otorgarle el galardón. Más tarde, conocimos que el músico no acudiría a Estocolmo a recoger su Nobel; y finalmente, pocos días antes de la ceremonia de entrega, Bob Dylan envió el discurso de agradecimiento que jamás llegaría a leer él mismo. La encargada de recibir el premio en su nombre fue la cantante Patti Smith, quien proporcionó una nota de color durante una velada tradicionalmente protagonizada por hombres encorbatados. Dylan no estuvo presente para pronunciar el discurso de agradecimiento, cosa que hizo en su lugar la embajadora de EEUU en Suecia Azita Raji, pero aseguró que estaba «totalmente en espíritu» y que se sentía honrado por haber recibido «un premio tan prestigioso». En el texto del discurso, Dylan declaró que recibir el Premio Nobel de Literatura era algo «que nunca habría podido imaginar, ni verlo venir». ¿Por qué no asistió Dylan a la gala?, ¿que significa que uno de los cantautores más amados en los sesenta sea galardonado con un Nobel?, ¿cuáles son las fronteras entre la expresión musical y puramente literaria? En un año en el que Dylan ha sido tema central en charlas, titulares y debates, «the answer my friend is (still) blowin in the wind».