El truco de una sonrisa
«De repente mi hija era un robot averiado, la sonrisa que me alegra la vida cada día no parecía ser más que una pauta aprendida que podía repetirse mil veces»
«De repente mi hija era un robot averiado, la sonrisa que me alegra la vida cada día no parecía ser más que una pauta aprendida que podía repetirse mil veces»
Las supersticiones son el lado oscuro de esa tendencia predictiva tan útil para la supervivencia
A pesar de que la ciencia no respalda estas creencias, hay numerosos estudios sobre fenómenos y supersticiones
No pasas por debajo de una escalera. Tocas madera cuando ves un gato negro. Cancelas los planes importantes si caen en martes 13. Y, sin embargo, eres una persona racional, con pensamiento científico: requieres de pruebas para creer en según qué cosas. Eso no te impide que digas “Jesús” cuando alguien estornuda. Ahora lo vemos como un gesto educado, pero antaño se creía que eso evitaba que el demonio se llevara el alma del afectado.
¿Cómer doce uvas en nochevieja? ¡Vamos, hombre! ¿Por qué no mejor lanzar los muebles por la ventana?
No es cuestión de cifras porque los hombres nos contamos de uno en uno: yo y mis circunstancias; tú y las tuyas; él y las suyas… sujetos de una historia, un presente y, ojalá, un futuro prometedor. No somos pollos que eclosionaron en una incubadora, sin madre ni padre, amarillos todos y más o menos el mismo gramaje. Somos hombres y precisamos pensarnos y nombrarnos con individualidad, seguros de que la vida nos estaba esperando, de que el mundo no giraría del mismo modo si no se nos hubiese ofrecido la oportunidad de tomar una primera bocanada de oxígeno.
«Ahora podré ganarme la vida decentemente», agradecía emocionada Hansa Thakore, de 55 años. El resto de invitadas recibieron una manta y un arbolito. En algunas zonas rurales del país se cree que la presencia de viudas en enlaces matrimoniales trae mala suerte a los recién casados y en muchas ocasiones son rechazadas por la sociedad. «Yo quería demostrar que todas estas creencias no son más que supersticiones», ha señalado orgulloso el padre del novio.
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